Dos pequeños tramos dificultan la apertura de un eje urbano entre Hortaleza y Vallecas

Dos pequeños tramos -en el parque del Marqués de Suanzes y en la calle de San Romualdo- dificultan la apertura de un nuevo eje urbano de más de 10 kilómetros, paralelo a la M-30, que unirá los distritos de Hortaleza, San Blas, Moratalaz y Vallecas. La mayor parte del trazado, que incluye un puente sobre la carretera de Barcelona, entrará en servicio antes de fin de año. Las obras han costado 1.500 millones de pesetas. En cinco años, el noreste de la ciudad estará atravesado por la red de accesos al aeropuerto y al futuro recinto ferial del Campo de las Naciones.

El nuevo eje urbano pretende descongestionar la carretera de Barcelona y facilitar una vía alternativa a la M-30, fundamentalmente en sentido norte. Esta zona se ve colapsada a diario en las horas punta. El punto de partida es el nudo de Manoteras, en el vértice norte de la ciudad, y desciende hasta la carretera de Barcelona a través de la avenida de San Luis, de Hortaleza y la nueva calle de Lago de Tiberiades. El nuevo puente sobre la carretera de Barcelona, a la altura de La Piovera, enlazará con San Blas. El tramo correspondiente a la avenida 25 de Septiembre, en el parque del Marqués de Suanzes, quedará de momento al margen del nuevo eje urbano.

La conversión de esta apacible calle sin salida en una amplia vía de enlace ha suscitado las quejas de los vecinos, preocupados por las molestias del tráfico y por la situación de aislamiento en que quedará el colegio del barrio. El Ayuntamiento espera llegar a una solución para amortiguar los efectos de esta vía, que entraría en servicio el próximo año.

El eje urbano prosigue por la calle de San Romualdo, interrumpida también en su último tramo por varias industrias que será necesario expropiar. La avenida de Arcentales, la prolongación de Hermanos García Noblejas y la nueva calle de García Tapia enlazan con la calle de Fuente Carrantona, que cruza por encima de la carretera de Valencia para llegar al barrio de Palomeras, en Vallecas.

Campo de las Naciones

Ángel Cano, gerente de Urbanismo, relaciona estas obras con el impulso que el Ayuntamiento pretende dar al noreste de la ciudad. "La construcción de los nuevos recintos feriales y del Campo de las Naciones exige una gran inversión en infraestructura", afirma Cano. El Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Obras Públicas (MOPU) firmaron en febrero de 1986 un convenio que incluía la construcción de un nuevo acceso al aeropuerto de Barajas, una carretera de entrada al Campo de las Naciones y la llamada vía borde de Hortaleza, que envolverá todo el distrito y cruzará la carretera de Barcelona.

La carretera que bordeará el barrio de Hortaleza formará parte de un cuarto cinturón que recorrerá la zona norte y este de la ciudad y enlazará con otras vías de acceso en construcción en el sur de Madrid. Hortaleza, que está prácticamente aislado por la M-30 y la carretera de Barcelona, quedará mejor comunicado con el resto de la ciudad. El presupuesto total para estas obras, que estarán concluidas en unos dos años, es superior a los 10.000 millones de pesetas.

Por otra parte, continúan las obras de urbanización y preparación del suelo del Campo de las Naciones, a escasa distancia del aeropuerto de Barajas. En 430 hectáreas tendrán cabida seis pabellones de exposición, un palacio de congresos, una zona de oficinas, dos hoteles, un parque tecnológico y un parque forestal que ocupará más de la mitad del terreno.

El presupuesto calculado, en el que participará la iniciativa privada, es de unos 30.000 millones de pesetas. "Con este proyecto, Madrid se pondrá a la altura de otras capitales europeas", aseguró Cano. El gerente de Urbanismo confía también en que el Campo de las Naciones albergue la Oficina de Patentes de la Comunidad Europea.