El ahorro de las empresas aumentó en 1986 casi un 20%, después de pagar intereses y dividendos

El ahorro de las empresas, único factor que ha ganado posiciones durante los cuatro últimos años en el reparto de la renta, creció el pasado año un 19,4%, después de pagar intereses y dividendos. En su habitual estudio anual, el Banco de Bilbao apunta también que la distribución de la renta personal se ha hecho menos equitativa, y que a nivel territorial asistimos a un "proceso de mayor distanciamiento en los niveles de producto de las 17 comunidades autónomas".

La principal aportación del estudio del Banco de Bilbao, que será publicado la próxima semana dentro de su Informe económico 1986, consiste en que desagrega los datos sobre el reparto de la renta avanzados hace varios meses por el Instituto Nacional de Estadística (INE): un aumento del 12% en las rentas de los asalariados, frente al 14% registrado por los excedentes empresariales. La mejora de las últimas fue menor que en años anteriores. Pero no impidió que dichos excedentes (14,79 billones de pesetas) arrebataran por primera vez la mayoría histórica a las rentas del trabajo (14,69 billones).

Las rentas del trabajo

Entre las citadas novedades figura que el menor crecimiento del conjunto de los excedentes empresariales apenas afectó al ahorro de las empresas. En efecto, todas las demás subpartidas registraron en 1986 cierta moderación: 12,3% de aumento en los intereses y dividendos pagados (hasta 1,69 billones de pesetas) y 10,8% de incremento (hasta 7,51 billones) en las rentas mixtas, un cajón de sastre que incluye tanto a las rentas agrarias (mejora de sólo un 6,7%, hasta 1,35 billones de pesetas) como a las de comerciantes, profesionales, otros trabajadores autónomos, rentas del capital inmobiliario de las familias, etcétera. De ahí que las rentas empresariales puras -el ahorro de empresas y sociedades- crecieran un 19,4% (hasta 4,6 billones de pesetas). Los datos del Banco de Bilbao confirman que en 1986 se mantuvo una tendencia iniciada a partir de 1982: el ahorro bruto de las empresas ha sido el único que ha ganado posiciones en el reparto del producto interior bruto (PIB). Concretamente, las rentas de las empresas avanzaron otro 0,56% del PIB, de forma que desde 1986 han elevado su participación en 4,22 puntos. Al contrario, las rentas del trabajo (sueldos y salarios más cotizaciones sociales) perdieron en 1986 otro 0,7 de punto y llevan acumulada desde 1982 una caída de 4,51 puntos, acentuada hasta 1985 por la destrucción de empleo. Los intereses y dividendos también han perdido 0, 11 puntos el último año y 0,81 desde 1982; las rentas agrarias, 0,32 puntos y 0,2, respectivamente, y otras rentas mixtas, 0,51 puntos en 1986 y 1,28 puntos durante los últimos cuatro años.

Personas y territorios

Sobre el reparto a nivel personal, el Banco de Bilbao precisa que, a la espera de la encuesta oficial sobre presupuestos familiares, "la menor participación de las rentas agrarias y de las rentas del trabajo, unida al crecimiento del paro, podría reflejarse en una distribución menos equitativa". En cuanto al reparto territorial, el informe reitera lo revelado por un reciente estudio de las cajas de ahorro. Afirma que en 1986 se ha asistido a un proceso de mayor distanciamiento en los niveles de producto de las 17 comunidades autónomas. El mal año agrícola, la caída de la producción pesquera y la acusada debilidad de los sectores industriales básicos habrían determinado el nivel relativo de renta de las regiones acusadamente dependientes de dichos sectores.

Así, Asturias, las dos Castillas y Extremadura han visto decrecer su nivel relativo, mientras que las comunidades con gran incidencia del turismo exterior y con industrias en clara expansión (Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Madrid, Cataluña, Murcia, Aragón y Navarra) han mejorado su posición relativa.