Obstáculos judiciales
Sobre un tema tan de actualidad como es en este momento el de la actuación de los jueces, narro mi experiencia, con ruego de su publicación, por cuanto, a pesar de limitada, pueda tener de representativa. Dicha experiencia abunda en el tema de otra carta enviada por mí a ese periódico el 10 de mayo de 1986, y que no mereció ser publicada: los obstáculos insalvables que los funcionarios de la Administración o la justicia españolas puedan poner a una mujer separada para impedir que se hagan efectivos los derechos que la ley parece garantizarle.Resumo:
1. Una señora (allegada a mí), que está reclamando el cumplimiento por parte del marido de una sentencia de separación que éste está incumpliendo ininterrumpidamente desde el 5 de abril de 1986, no ha conseguido de la Administración de justicia
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más que que le digan que puede seguir reclamando. La reclamación se inició con un primer escrito presentado por el abogado en el juzgado correspondiente el 6 de junio de 1986. A pesar de que las pruebas del incumplimiento eran las más claras que existen justificantes de los ingresos hechos por el marido en una entidad bancaria, el juez pasó, literalmente, del hecho de que las cantidades ingresadas no se correspondían con las exigidas en el convenio. Presentada una segunda reclamación, el 14 de marzo de 1987, lo resultados, con otro juez, fueron idénticos. Aclaro que las cantidades adeudadas podían ser restituidas a la esposa sin ninguna complicación de trámites, por cuanto el marido recibe sus ingresos por medio de la Seguridad Social (es pensionista).
2. Las providencias a que me he referido fueron dictadas en el Juzgado de Primera Instancia de Villagarcía de Arosa (Pontevedra), y lo digo, no sólo para que aquellos a quienes pueda interesar el contenido de esta carta puedan tener una referencia acerca de los responsables de los hechos, sino también para indicar que la localización del hecho me parece significativa: vivo en el País Vasco y, entre las sonadas denuncias hechas por personalidades y gente de todo tipo sobre actuaciones de los jueces de aquí, aún no he encontrado ninguna en el sentido de la mía. ¿Con quién creen esas personalidades que estaremos más contentas la mayoría de las mujeres de este país? ¿Con los jueces del País Vasco o con los de Villagarcía de Arosa?
Termino con un SOS al Consejo General del Poder Judicial, en vista de que, en este caso, no compensan otros recursos. (Los hechos se refieren a la separación número 153/85.).-
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