Cuauhtémoc Cárdenas: "El modelo político del PRI está agotado"
El hijo del presidente Cárdenas pretende democratizar el sistema mexicano
A sus 53 años, Cuauhtémoc Cárdenas, hasta hace 10 meses gobernador del Estado mexicano de Michoacán, hijo del legendario presidente Lázaro Cárdenas -el hombre que nacionalizó el petróleo y después de Benito Juárez y del cura Hidalgo el personaje más admirado por el pueblo mexicano-, se ha lanzado a una confrontación con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que desde hace 58 años manda en México.
Apoyado por un grupo de seguidores, agrupados bajo el lema Corriente Democrática, Cárdenas ha pedido al PRI que abra el registro de precandidatos para la presidencia de la República y anunció que está dispuesto a luchar por la candidatura priísta. Este gesto de Cárdenas significa un abierto desafilo a la tradición no escrita del dedazo presidencial, que concede al presidente en ejercicio la prerrogativa de escoger el candidato del PRI a la presidencia, lo que equivale en la práctica a designar sucesor.Pregunta. ¿Podría explicar qué pretende la Corriente Democrática o Democratizadora?, porque parece que ni siquiera en el nombre están de acuerdo.
Respuesta. Entre nosotros la llamamos más Corriente Democrática, aunque los medios utilizan más Corriente Democratizadora. La corriente pretende cambios efectivos en la orientación que lleva el desarrollo actual del país: en la política económica, en la democratización que debe darse en el país y en las organizaciones políticas, y, desde luego, que puedan resolverse problemas importantes de los grupos mayoritarios de la población. Pugnamos por un desarrollo independiente que pueda determinarse en base a decisiones tomadas en el interior de México. Estamos buscando que haya formas de participación cada vez más democráticas en el interior del PRI, y en general de las instituciones políticas y buscamos que se resuelvan problemas de los grupos mayoritarios. Principalmente lo que hace al mejoramiento del nivel de vida, que está gravemente deprimido, especialmente en estos últirnos años.
P. Por una parte tienen la pretensión de modernizar la participación política, conseguir una mayor democracia dentro del PRI, y, por otra, hablan de volver al proyecto original de la revolución mexicana y al proyecto constitucional de 1917. ¿No hay una contradicción en esto?
R. No hay una contradicción, porque el proyecto constitucional es un proyecto democrático, aunque no haya podido asentarse con solidez la democracia en el país, por diversas razones, a lo largo de su desarrollo histórico. No perdamos de vista que la revolución se inicia con el lema de "Sufragio efectivo, no reelección", que entraña y significa el deseo y la aspiración fundamentalmente democrática de sectores muy amplios del pueblo en aquel momento. Está cumplido en lo que corresponde a la no reelección, pero en lo que hace a la efectividad del sufragio sigue siendo una demanda que no ha acabado de cumplirse.
Sufragio inefectivo
P. Entonces, ¿considera que el sufragio en México no es efectivo actualmente?R. Yo afirmo que el sufragio no es totalmente efectivo. Puede haberlo y se ha ido ganando mucho en los procesos electorales, sin desconocer que hay irregularidades y situaciones que debieran corregirse. Y corregirse muy a fondo. En términos generales, yo creo que gana quien obtiene más votos, pero esta efectividad del sufragio no se da si la vemos en el interior del PRI. No se emite sufragio, no se da opinión, no se participa democráticamente en la elección, sobre todo en los últimos tiempos, de las gentes que van a ocupar las principales candidaturas a los cargos de elección popular.
P. Es decir, que ustedes están contra el dedazo.
R. Definitivamente. Nosotros creemos que es un procedimiento agotado que ha traído más males que bienes. Debe ser superado a través del respeto a la voluntad democrática y mayoritaria.
P. ¿Hasta dónde están ustedes dispuestos a ir en esta oposición dentro del PRI?
R. Hasta donde sea necesario llegar, cualesquiera que sean los métodos de lucha que tuviéramos que tomar, manteniéndonos dentro de la lucha cívica y establecida con base en las normas legales.
P. Usted ha dicho en estos días de gira que "en estos momentos luchamos dentro del PRI". ¿Implica esto que puede llegar un momento en que ustedes estén fuera del PRI?
R. Nosotros consideramos más importante dar nuestra aportación y nuestra contribución a una lucha por el avance del país, y la seguiremos llevando a cabo en el interior de nuestro partido mientras sea posible llevarla. Yo no descarto, por tanto, la posibilidad de que en un momento dado pudieran cerrarse los cauces de acción en el interior del partido. En este caso habría que pensar en otros cauces, pero no en suspender la acción.
P. ¿No puede convertirse su lucha en algo estéril? Luchar contra todo este aparato del PRI, que controla, que penetra, que influye hasta en los últimos campesinos...
R. No lo creo. Yo creo que se irán dando los cambios. Ésta, como todas las luchas de carácter político, no será estéril. Hay aportaciones y habrá más. En la medida en que pase el tiempo se irán viendo estos cambios.
P. Una de las acusaciones que les han lanzado es que ustedes son un grupo de políticos sin trabajo que buscan chamba (empleo).
R. Yo puedo decir que los que estamos participando actualmente en la coordinación nacional de la Corriente no estamos dispuestos a cambiar nuestra actividad política por ningún puesto administrativo ni por ninguna candidatura de dedazo. En mi caso personal, es un compromiso que tengo conmigo mismo. Nosotros continuaremos y llevaremos esto hasta donde tengamos que llevarlo.
P. ¿Considera que se ha llegado a un punto en que en la situación del PRI el modelo del ogro filantrópico -por su capacidad de cooptar y de repartir beneficios entre el pueblo- ha llegado al final por la crisis económica que atraviesa México?
R. Considero que en este momento ese modelo, si así queremos llamarlo, en que no se participa en las decisiones políticas, pero se tienen algunos beneficios de la acción pública, de carácter económico, de oportunidades de trabajo, mejoramiento en los servicios, etcétera, está totalmente agotado. Estos últimos años nos muestran que no se participa en la decisión política, pero tampoco se reciben beneficios de la acción pública.
Desórdenes sociales
P. Usted ha insistido mucho estos últimos días en el peligro que corre México de llegar a una situación en que se produzcan desórdenes sociales.R. Pienso que si se extrema la pobreza, si se extreman las restricciones de carácter social a las personas y los grupos mayoritarios, si para contener la demanda social se tiene que recurrir a la represión, puesto que no hay fuerzas políticas organizadas, ni puede haberlas en este caso, yo veo que estamos entrando en un terreno en donde puede perderse la estabilidad que ha gozado el país durante cincuenta y tantos años. Yo creo que estamos a tiempo de evitar seguir profundizándonos en estos terrenos altamente arriesgados.
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