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La 'Casablanca' de un hombre afable

Xavier Vidal-Folch

Nació en Moscú, de padres judíos polacos, en 1917, justo en el interregno entre la Revolución de Kerensky y el triunfo bolchevique. Estudió Derecho. Cursó en la London School. En 1939 planeaba ir a París, en el preciso instante en que se anunció el acuerdo Molotov-Ribbentrop: "Supe que vendría la guerra y marché a Suiza, mientras mi familia seguía en Polonia". Sus padres acabaron en un campo de trabajo.Salió de Suiza en el último vuelo a Barcelona, camino de Portugal, como un protagonista de Casablanca. Estuvo una noche de junio en Barcelona, con reserva en el Ritz, pero sin dinero: "Recuerdo bien aquel pan tan negro". Tomó el tren a Madrid. "Eramos siete en el departamento; cuando llegó el octavo, tres se levantaron. Pronto supe, después de que me asaeteara a preguntas, que era un policía secreta. Cuando se fue, no sé cómo, volvió el resto".

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Pronto dejaría atrás aquél país en que no había "monedas y se usaban, para el cambio, seflos postales envueltos en celofána". Llegó a Chicago, a casa de unos primos. Conoció a Oscar Lange, quien le introdujo a Paul Samuelson, de quien fue ayudante como economista matemático -"entonces se menospreciaba la especialidad"- y se especializó en la formación de precios.

Acabada la guerra, trabajó en la Cowles Comission, un instituto dedicado a la econometría y a la economía matemática plagado de expertos que son Nobel: Koopmans, ya fallecido, Debreu, Arrow, Klein, Modigliani. En Ginebra, 1948, colaboró en planificación con Gunnar Myrdal y Nicholas Kaldor, como experto europeo, en la Economic Comission for Europe, antecedente de la OECE. Eran los tiempos de la ilusión de una Europa unida, Este y Oeste, mediante la recuperación del Plan Marshall. Se integró en Minnesota en 1951, y desde entonces se ha dedicado intensamente a la vida académica, salpicada de visitas, como experto internacional a diversos países, principalmente China y la India. "Soy un teórico, pero también estoy involucrado como ciudadano en los hechos históricos", se autorretrata, con una sonrisa de comisuras afables.

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