La política marcó la final de la Copa América: Uruguay-Chile
ENVIADO ESPECIAL
Uruguayos y chilenos celebraron juntos durante la tarde y la noche del domingo la final de la Copa América. "Chile, amigo, Uruguay está contigo", gritaban los uruguayos. La situación política de los países marcó en parte la final Existió una solidaridad en la búsqueda de un régimen democrático. Fue un festejo atípico, como lo fueron los prolegómenos del partido.
Antes del encuentro los uruguayos pidieron firmas contra la ley de punto final en su país. Los chilenos, por su parte, llegaron al estadio con abundantes pancartas contra Pinochet. La televisión argentina evitó cuidadosamente de nuevo, como lo hizo en anteriores partidos, detenerse en ellas durante la transmisión del encuentro. Al final del partido no hubo enfrentamientos entre las hinchadas, a pesar de ser ambas muy numerosas, sino gritos solidarios.
Los únicos incidentes en esta ocasión se produjeron antes del partido y por algunas bandas de delincuentes locales. Estas bandas se acercaron a las puertas en que hubo amontonamiento de gente y sustrajeron las entradas a quienes las llevaron en la mano. Después las revendieron en otra zona del estadio.
El fracaso argentino
Los uruguayos festejaron hasta muy tarde el triunfo, con el legítimo orgullo de sentirse un país escaso en población -apenas dos millones y medio de personas- pero fiel a una vieja tradición futbolísita, que permite a su selección imponerse a las de países con una población mucho más numerosa.Argentina digiere mientras su fracaso futbolístico como mejor puede. Maradona, en unas declaraciones al diario de mayor difusión, Clarín, carga gran parte de la culpa sobre los árbitros. No le falta la razón. Se queja de que los árbitros protegen sistemáticamente el juego duro, que se hacen cómplices de él, y que el jugador creativo, el que trata de hacer buen fútbol, queda a, expensas de su suerte. Maradona propone. abiertamente que se produzca la expulsión a la tercera falta. Pero al mismo tiempo admite con sinceridad que estuvo con más. ganas de tomar vacaciones que de jugar un campeonato de este nivel, y afirmó que en el futuro no volverá a someterse a una concentración larga si no es para un campeonato del mundo.
En realidad todo el mundo duda de que Maradona haya estado concentrado en esta ocasión.
La crítica especializada eligió al número diez de Colombia, Valderrama, como el mejor jugador del torneo. Valderrama, un rubio de larguísimos rizos y bigote castaño, tiene 22 años y juega en el América de Cali, junto a su inseparable compañero Redín. Sus rasgos negroides contrastan con el color de su piel y de sus cabellos. Es un gran manejador del balón y lo que conocen en suramérica como un excelente tiempista. Es decir, un jugador capaz de medir perfectamente la velocidad con que le llegan el balón y la entrada del contrario, y de moverse de manera que se apropia del primero y esquiva la segunda. Tras él se clasificó el portero chileno Rojas, mientras que Maradona sólo fue tercero.
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