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Tribuna
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El dinero consigue sus propósitos

El mercado madrileño ha marcado un nuevo máximo anual en una sesión irregular que confirma la trayectoria especulativa de las últimas semanas. El empuje del sector bancario ha vuelto a ser fundamental para lograr la subida necesaria del índice general y situar la nueva cota máxima por encima del 255,95% conseguido el pasado 23 de febrero. Mucho ha cambiado el entorno económico desde entonces, pero la presión compradora ha conseguido superar todos los obstáculos, incluso las propias realizaciones de beneficios que se vienen prodigando, para llegar a hacer el agosto, esta vez con cierta anticipación. El inicio de esta tendencia alcista estuvo a cargo de los valores industriales, muy estrechos y fácilmente influenciables ante los movimientos del dinero. La situación particular de Telefónica, y un sector bancario que había sufrido cierto desgaste ante las ventas procedentes del exterior y estaba necesitado de mejoras, han puesto el contrapunto necesario a un mercado repleto de buenas intenciones, en lo que se refiere a la obtención de plusvalías.

Pero si ha habido un protagonista destacado en esta situación, éste ha sido el dinero que, con su gran capacidad de movimiento, ha insistido una y otra vez sobre aquellos valores que prometían mejores resultados a más corto plazo. Las constantes entradas y salidas han perfilado un ambiente irregular en el que la variable independiente ha sido siempre el dinero. Las alzas y bajas en los tipos de interés y la evolución de la tasa de inflación han sido meros acompañantes de un mercado que estaba dispuesto a generar beneficios a cualquier precio. Un cierre animado mantenía las expectativas alcistas, pese a que la sesión ha tenido en las realizaciones una de sus características principales. Esta situación irregular puede convertirse en una de las constantes de los próximos días, siempre dentro de un ambiente positivo.

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