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La policía mantiene estrictos controles en Barcelona en busca del comando 'etarra'

La operación policial para desarticular el comando Barcelona, de ETA, iniciada el viernes en Cataluña no había logrado ayer a media tarde su objetivo. A pesar de la falta de resultados, fuentes policiales reiteraron su creencia de que Rafael Caride Simón, de 42 años, identificado como presunto miembro del comando Barcelona, se encuentra todavía en Barcelona, y aseguraron que "nuestras esperanzas de detenerle siguen intactas".

El despliegue policial no causó en la mañana de ayer, en su tercer día, y a diferencia de lo ocurrido en las jornadas anteriores, demasiadas molestias a los ciudadanos. Los controles que realizaba la policía en la ciudad, que ayer se encontraba casi vacía, no provocaron retenciones de importancia, si se exceptúan las que se registraron a primera hora de la mañana en la avenida de la Meridana (vía de salida hacia la Costa Brava) y en la autovía de Castellfels (que lleva a las playas del sur de Barcelona). En esas zonas turisticas se observó un incremento de la presencia policial e incluso se instalaron algunos controles, que contribuyeron a agravar las habituales dificultades de circulación.La iniciativa policial fue agriamente criticada por parte de numerosos ciudadanos que, ya desde el viernes, se vieron atrapados en retenciones de varias horas cuando se disponían a salir de la ciudad. Los controles provocaron atascos de varios kilómetros en las principales salidas.

Larga espera

En los primeros momentos, los afectados adoptaban una actitud comprensiva. Con el paso del tiempo, sin embargo, los comentarios sobre la oportunidad de la operación y de sus características se hicieron más críticos. Algunos de los afectados preferían dirigir sus diatribas contra ETA e incluso los había que se declaraban partidarios de los métodos más expeditivos para acabar con el comando.La elevada temperatura ambiente afectaba de forma implacable a los motores, caldeando todavía más los ánimos de quienes, de no haber resultado víctimas de la "fantástica idea de Barrionuevo", ya habrían llegado a sus lugares de descanso. Entre los afectados no faltaron aquellos que optaron por contemplar el espectáculo sentados tranquilamente en la calzada o saboreando un refresco adquirido, después de una breve carrera hasta un bar cercano, por alguno de los ocupantes del vehículo. Improvisados vendedores ambulantes ofrecían refrescos a los automovilistas atrapados en las salidas de la ciudad.

El presunto etarra identificado, Rafael Caride Simón, de 42 años de edad y de origen gallego, se instaló en Bilbao y en 1982 se trasladó a Francia. Las versiones recogidas por este diario en medios policiales en relación al cometido de Caride en el seno del comando Barcelona son dispares; para unos, es el "máximo responsable", mientras que otros sostienen que "es un miembro más".

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