Ridículo en Bruselas
Creo que merece la pena que dediquen ustedes, un editorial a la majadería administrativa española.El asunto de la salida de pata de cabra por Gibraltar en Luxemburgo lo merece. En pocas palabras, hemos hecho el ridículo más espantoso al pretender que el paquete de la liberalización aérea tiene algo que ver, algo novedoso se entiende, con el aeropuerto de Gibraltar. Resulta que hay una directiva de la CEE en vigor que permite volar a los aviones de menos de 50 pasajeros entre Gibraltar y casi todos los aeropuertos de nuestro país (del suyo). Así que el paquete de la liberalización no introduce nada nuevo en relación con la soberanía, porque, desde el momento de la, adhesión la citada directiva tiene más fuerza en España que las leyes nacionales, y cualquiera puede invocarla ante los tribunales. La metedura de pata es de antología y merece dimisiones en cascada. Esos asuntos se estudian antes de la adhesión, y presentarlos como ahora no sólo es causa perdida y perjuicio para Gibraltar, sino la seguridad de que millones de europeos van a pensar que un país con esa representación internacional no merece ninguna consideración. Dimita, pues, el famoso director general para Europa de su Ministerio de Asuntos Exteriores y los altos cargos de transportes, que llevan casi dos años negociando en Bruselas a ridículo semanal.
Los usuarios nacionales, por otra parte, tienen su palabra a decir aquí, ya que el caos del transporte aéreo respecto de los derechos del usuario es total desde cualquier punto que se mire.
Yo rogaría al diario EL PAÍS un poco de seriedad en tan importante cuestión.-
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