El disparo del paracaidista podría derivar en un juicio de faltas
El disparo efectuado por R. B. G., sargento de la II Bandera de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares, que alcanzó en el pie derecho al limpiacoches Saturnino Heras en la tarde del pasado lunes, podría dar lugar a un juicio de faltas, según manifestó ayer Manuel Camino Paniagua, magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la localidad. Manuel Camino, que llamó el martes a declarar a Heras y R. B. G. después de que la policía le informara de los hechos, manifestó "que si la herida del pie de Heras cura antes de 15 días consideraré el disparo del sargento como una falta, aunque la acción fuera intencionada".
El magistrado ha ordenado enviar la bala que rozó el pie del limpia al laboratorio de balística para determinar, entre otras cosas, si efectivamente la lesión fue de rebote.
La bala rebotó
Según la declaración de R. B. G. ante el juez, el sargento disparó dos veces para intimidar a Heras, pues vio que éste portaba unas tijeras de gran tamaño. "Uno de los disparos rebotó en el suelo y rozó el dedo de Saturnino Heras", dijo el sargento.Los hechos sucedieron después de que R. B. G., acompañado de otros dos paracaidistas, parara su vehículo ante el semáforo donde Heras y otros tres compañeros limpiaban las lunas de los coches allí detenidos. Los limpias intentaron lavar el cristal del coche de los militares.
La negativa de los paracaidistas al intento de los limpias provocó una discusión. Una vez que se calmó el enfrentamiento verbal, dos de los militares acudieron junto a Heras y otro muchacho llamado Salvador Scott a tomar unas copas en un bar cercano. En un momento determinado, Heras salió del establecimiento seguido del sargento R. B. G. y se produjeron los disparos.
El limpiacoches no denunció el hecho, aunque los protagonistas del incidente acabaron en comisaría porque una patrulla de policía presenció el desenlace de la discusión. Heras tiene la intención de marcharse a Santander para buscar trabajo, ya que está en paro.
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