Finaliza la primera fase del juicio de la colza con el interrogatorio de los dos últimos acusados
La primera parte del juicio de la colza, consistente en la declaración de los 38 aceiteros acusados, concluyó ayer con los interrogatorios de los dos últimos, Ramón Carreras y José Lafuente Gil, y un último careo entre Ramón Ferrero y José Abascal. Nada más iniciarse la sesión, en el exterior de la sala se guardó un minuto de silencio por las víctimas del atentado perpetrado por ETA en Barcelona.Finalizada la primera parte del juicio, la vista se reanudará el lunes día 29 con el inicio de la prueba pericial que los defensores consideran como la más importante para ellos, ya que entienden que es la que va a decidir el resultado final y el sentido de la sentencia. El día 29 comparecerán un total de 22 médicos forenses que residen en Madrid o que han estado destinados en los juzgados centrales de la Audiencia Nacional. El 6 de julio testificarán epidemiólogos, siete por la mañana y siete por la tarde, aunque las previsiones pueden variar.
La fase de la prueba pericial está prevista durante todo el mes de julio, ya que el 1 de agosto el juicio quedará interrumpido por las vacaciones judiciales, que es período inhábil. Durante los casi tres meses de juicio empleados en esta primera fase, han sido interrogados los 38 acusados y se han celebrado nueve careos. A pesar de lo extenso de las declaraciones y careos no se han aclarado las contradicciones y no se ha podido determinar con absoluta certeza quiénes de los acusados derivaron conscientemente al consumo humano el aceite de colza importado de Francia y que era exclusivamente para uso industrial.
Minuto de silencio
La petición del minuto de silencio fue formulada por el abogado Dimas Sanz, defensor de Elías Ferrero y Cándido Hernández Galán, que dijo que creía "participar del sentir de muchos letrados y público". Todos los abogados, los acusados y alrededor de medio centenar de personas que en ese momento asistía al juicio salieron de la sala autorizados por el presidente del Tribunal. Tras el gesto simbólico se reanudó la vista.
El último acusado, José Lafuente, se negó a contestar a las preguntas del fiscal y de los acusadores amparándose en su derecho a no declarar, pero sí contestó a los abogados defensores. Lafuente, para quien el fiscal pide una pena de nueve años de prisión por estafa, está acusado de comercializar aceite bajo la denominación puro de oliva, cuando en realidad vendía una mezcla de aceites de la que el 75% era de semillas, y el 25% restante, de oliva.
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