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Crítica:'LA CLASE OBRERA VA AL PARAÍSO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El mundo obrero, en tela de juicio

El cine italiano político o, lo que viene a ser lo mismo, el filme-denuncia italiano, tan dado al panfleto, a la mostración de lo evidente sin posibilidad de bucear en las causas, tiene en La clase obrera va al paraíso (La classe operaia va in paradisso, 1972) una de sus más notables aportaciones. Su tema puede ser tópico: la progresiva concienciación de un obrero -hasta el momento, ejemplar en sus funciones, modesto, sin ideas políticas ni compromisos sindicales- hacia la verdadera significación de su clase. El hombre sin ideas que de golpe, presionado por las circunstancias, pasa a tenerlas todas.Pero Elio Petri, el director, trasciende el tópico. Desposeída la película de innecesarios subrayados, el personaje se hace creíble por la rigurosa observación del contexto social en el que se mueve (Petri fue un meticuloso, muy sensible observador de su realidad, y nunca, por muy significativos que fueran, tuvieron sus personajes el sambenito de símbolos), muy bien mediatizado por apuntes irónicos que, lejos de crear distancia, ayudan a escribir esta crónica veraz del mundo obrero.

Estrenada en nuestras pantallas con un lustro de retraso, el filme habrá envejecido más o menos, pero su tacto por huir del maniqueísmo le convierte en un filme histórico -en toda la extensión, de la palabra .

La clase obrera va al paraíso se emite hoy, a las diez de la noche, por TVE-2.

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