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El Mallorca acabó con seis jugadores en Sarriá

Perder un partido por 5-0 no es malo. Peor es perder cinco por 1-0. Lo triste, lo lamentable, es hacerlo como lo hizo anoche el Mallorca, pegando patadas. A los seis minutos, Chano ya había matado a Valverde. A los 14, Job le dio un Waje a Trobiani. A los 19, era Higuera quien masajeaba a Iñaki. A los 21, el angélico Paco Bonet cazaba a Zúftiga. El público se miraba atónito. El árbitro no entendía nada. Sarriá se había convertido en la cúpula del trueno, donde todo era legal y nada parecía prohibido.A los 23, Iñaki se tomaba la justicia por su mano y acariciaba a Luis García. Y, a los 28, el público, que estaba ya ansioso de venganza, nervioso, empezó a gritar "¡el siete, el siete, el siete!" Y es que el siete, Higuera, había derribado a Job estando el balón en la otra punta. Él, hábil y listo, se había ido al otro lado del campo.

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