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El FMI opina que la descoordinación de los países ricos impide solucionar la deuda del Tercer Mundo

ENVIADO ESPECIALLos problemas de los países con dificultades para el pago de su deuda no son ya consecuencia de desequilibrios en la balanza de pagos, sino que se empiezan a deber a problemas de déficit público consecuencia del mayor coste de los préstamos recibidos declaró Leonor Filardo, representante de Venezuela, México, España y Centroamérica ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). En la medida en que los países industrializados no coordinen más sus políticas económicas y propicien un mayor crecimiento económico en los países endeudados no habrá una solución viable para el conjunto de estas naciones.

Leonor Filardo destacó el papel pasivo que la banda comercial internacional ha jugado en el desarrollo de las distintas soluciones buscadas desde 1982, al no aportar apenas dinero nuevo en los procesos de renegociación, e incluso reduciendo en las cantidades que han podido su riesgo. Mientras que durante el año de 1981 la banca comercial concedió préstamos por su valor de 82.000 millones de dólares, cinco años después esta cantidad se había reducido a nueve millones de dólares.

Desequilibrio de EE UU

La falta de ajuste de las economías de los países industrializados, los desequilibrios que tiene la economía de Estados Unidos, que para intentar financiar su déficit fiscal y reequilibrar sus relaciones comerciales con el resto de los grandes países ha tenido que provocar alzas importantes de los tipos de interés, no ha hecho sino agravar la crisis que padecían los países endeudados que, en todo caso, han hecho esfuerzos importantes por intentar equilibrar sus economías. Por ello, señaló Leonor Filardi en su intervención en la XX Reunión Bancaria Internacional, organizada por Banesto, a pesar de que los países deudores han mejorado sustancialmente sus déficit de balanza por cuenta corriente ello no se ha traducido en una mejora sustancial del problema de la deuda.Mientras que en 1987 el déficit por cuenta corriente de estos países ascendió a 95.000 millones de dólares en 1985 se redujo a 25.000 millones. El ajuste lo han soportado, continuó, los países endeudados y el FMI y el Banco Mundial, que han aportado dinero nuevo a estas naciones. La banca internacional no ha hecho ese esfuerzo que se le solicitaba a través del llamado plan Baker.

La constitución de reservas y provisiones por parte de los principales bancos norteamericanos para hacer frente a posibles pérdidas derivadas del riesgo contraído con los países endeudados se interpreta como un paso positivo en la clarificación del papel que tiene que jugar la banca comercial y que despejará incertidumbres sobre el futuro.

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