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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Bando

Tendréis que perdonarme la osadía de dirigiros un bando sin esperar a ser nombrado vuestro alcalde, pero la certeza que me acompaña y el celo que me altera me impulsan a actuar de esta guisa. Es menester que los moradores de esta villa y corte conozcan que, una vez me halle en mi nuevo cargo, empreneré una cruzada que devuelva la virtud al lugar que le corresponde. Ha llegado a mis oídos que una secta harto conocida por sus desviaciones del legado del ilustre Iglesias tiene a bien reunirse con premeditación en una bodega pequeñita con el confesado propósito de pergeñar rimas de papel con reglas, normas, circulares, disposiciones, leyes, arbitrios, tasas, aranceles, tributos, edictos, regulaciones, decretos y otras medidas propias de mandatarios prudentes, de sano afán y recto proceder. Pero la realidad es. otra: los seguidores de la secta dedican su tiempo a la celebración de orgías, juergas, holgorios, jolgorios, bacanales, francachelas, desenfrenos y nocturnales acompañados de generosas libaciones y abundante e intoxicante ingesta nasal de sustancias que aumentan el regocijo, pero nublan la mente y el espíritu. También he sabido que alguno de los miembros del consejo supremo de dicha secta realiza prácticas gayas que van contra el orden natural de las cosas. Como pertenezco a. una banda que tiene en alta estima los valores tradicionales de: la raza, os aseguro, madrileños, que tan pronto sea investido como alcalde-presidente de esta insigne villa dedicaré mis desvelos no a escribir libros de ingrata lectura y compra cuasi obligatoria, sirio que me consagraré a lapidar públicamente a todos los que hubieren pecado contra la moral, el pudor, el recato, el decoro y las buenas costumbres que deben presidir los actos de los que aspiran a regir la cosa pública. A partir de ahora, denunciaré a los que hayan mirado con lujuria a la mujer del prójimo, los que hubieren sumado con defecto las hojas anuales de ingresos, los que miran contra natura a aquellos revestidos d sus propios atributos viriles, los que hubieren yacido con hembra no propia, los que se procuran placer con sus propias manos. Carísimos vecinos de nuestra denostada villa, también los que hubieren puesto una cruz sobre el sí en la infausta indagación sobre la continuidad de nuestra patria en la alianza mititar de Satán.-

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