Un tribunal israelí confirma que el servicio secreto torturó para lograr una confesión falsa
El Shin Bet, equivalente en el interior de Israel al célebre servicio de espionaje Mossad, torturó física y mentalmente a un oficial detenido para arrancarle la falsa confesión de que era un espía al servicio de los árabes. Así lo sentenció en la noche del pasado domingo un tribunal formado por tres jueces del Tribunal Supremo israelí. Tras haberse comprobado en 1986 que el Shin Bet apaleó hasta la muerte a dos detenidos palestinos, este omnipresente servicio secreto vuelve a ser piedra de escándalo.
Sólo dos minorías no hebreas pueden prestar servicio militar en Israel: los drusos y los circasianos. A estos últimos pertenece el teniente Izat Naflu, que acaba de recuperar su libertad tras pasar en la cárcel siete de los 18 condenado en 1980.El teniente Nafsu servía como oficial de enlace con los agentes proisraelíes del sur de Líbano. En 1980 fue detenido tras una entrevista secreta con un miembro de la Organización de Liberación de Palestina.
Nafsu empezó declarando que aquel encuentro formaba parte de su trabajo habitual y que había sostenido otros semejantes, pero, tras apretarle las clavijas, los agentes del Shin Bet le hicieron confesar que era un traidor y un espía al servicio de los enemigos de Israel.
"El veredicto del Tribunal Supremo", declaró el pasado lunes el oficial circasiano, ya hombre libre, "ha confirmado que fui sometido a un completo sistema de presiones, amenazas -y humillaciones. Por ejemplo, me amenazaron con arrestar a mi mujer y a mi madre si no decía lo que ellos querían que dijese".
Durante días, una docena de agentes del Shin Bet le impidieron dormir, le desnudaron, le escupieron en la cara, le tiraron del pelo, le empujaron al suelo, le pasearon bajo la lluvia y el frío y luego le obligaron a ducharse con agua helada. El Tribunal Supremo ha certificado la veracidad de esas afirmaciones del detenido y, también ha comprobado que durante su juicio los agentes del Shin Bet cometieron perjurio.
La sentencia del pasado domingo da credibilidad a las frecuentes declaraciones de palestinos que afirman haber sido torturados para confesar actividades terroristas.
Aniversario conflictivo
La próxima semana se cumplirá el 20 aniversario de la Guerra de los Seis Días, en la que Israel arrebató a los árabes la vieja ciudad de Jerusalén, Cisjordania y Gaza. En las vísperas del acontecimiento se multiplican los incidentes violentos entre palestinos de los territorios ocupados e israelíes. El pasado lunes, un israelí fue asesinado por un disparo en Gaza. El sábado, un grupo de árabes quemó el coche de un israelí que acababa de atropellar mortalmente a un niño de siete años. En otros sucesos recientes, un israelí fue apuñalado por la espalda y un palestino muerto por disparos de soldados hebreos.Un grupo de abogados palestinos denominado Ley al Servicio del Hombre acaba de difundir en Jerusalén un informe sobre las violaciones de los derechos humanos de los habitantes de los territorios ocupados. Jonathan Kuwat, portavoz del grupo, afirma que desde julio de 1985 40 árabes han sido deportados y 232 encarcelados sin juicio previo. Universidades cerradas, dificultades a la reunificación de las familias, trato brutal a los detenidos, 125 casas demolidas, son algunos de los abusos israelíes denunciados por los abogados.
Mucha gente debe sus vidas no sólo a la calidad de la información obtenida por el Shin Bet, sino principalmente a la rapidez con la que es obtenida", escribe Ron Ben Yishai, corresponsal militar del popular diario israelí Yedioth Ahronot.
Isaac Shamir, primer ministro y líder del derechista Likud, ha reaccionado al escándalo Nafsu con las siguientes declaraciones: "Muchos de estos hombres", refiriéndose a los agentes secretos israelíes, "son héroes y deben hacer su trabajo en la sombra. Se está dando demasiada atención al Shin Bet"
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