Gunnal Myrdal y las ciencias de la sociedad
El compromiso de Myrdal con el proceso social decantaría su preocupación intelectual hacia los grandes problemas de la sociedad de su época (el paro, la marginación, el subdesarrollo ... ), siempre con la perspectiva de ofrecer líneas de solución a los mismos. Myrdal no fue ni un economista de gabinete ni un teórico preocupado por la construcción de bellos modelos formales pero irrelevantes. Su obsesión por lo social y políticamente significativo presidiría prácticamente todo el desarrollo de su obra. De ahí su defensa del enfoque interdisciplinar, del estudio de los problemas en su globalidad y del institucionalismo.Nació a finales de la pasada centuria en el seno de una familia de agricultores suecos. Cursé estudios de derecho y, a instancia de su mujer, Alva Reiner, se orientaría hacia la carrera académica y el estudio de la teoría económica. Su formación de economista discurriría por los sólidos e innovadores cauces de la tradición teórica sueca y en interacción (a veces conflictiva) con ella. Influencias intelectuales significativas serían las de Knut Wicksell, Gustav Cassel, Eli F. Heckscher, David Davidson, así como las del economista práctico Alf Johansson y el filósofo Axel Hagerstróm. Pero en la evolución de su pensamiento incidiría particularmente su activa participación en la vida política en el seno del Partido Laborista Sueco, que accedería al poder en 1932, y su proyección internacional. En su condición de asesor, del Gobierno, parlamentario y ministro de Comercio de Suecia, jugaría un relevante papel en la elaboracion de la política económica de este país, siendo uno de los inspiradores de la "nueva política económica". A partir de la II Guerra Mundial daría comienzo una fase de proyección internacional que tendría gran importancia en su, evolución intelectual y en el cambio de sus preocupaciones teóricas. La estancia en organismos internacionales, el contacto con la corriente institucionalista norteamericana, sus largas estancias en EE UU, India y el contacto con nuevos problemas, especialmente con los del Tercer Mundo, reorientarían su visión y su quehacer teórico
Respecto a su proyección metodológica, destaca el estudio del papel de los valores y de la ideología en la investigación social y la defensa del enfoque interdisciplinar. El empleo de este último daría un carácter peculiar a su análisis y le convertiría en uno de los principales, abanderados del neoinstitucionalismo, en detrimento de su reputación entre los miembros del paradigma dominante en Economía, lo que le valdría el calificativo de sociólogo. La preocupación por el papel de los valores en la investigación social deriva ya de un trabajo de finales de los años veinte (El elemento político en el desarrollo de la teoría económica), si bien las ideas fundamentales se perfilarían más tardíamente en torno al estudio de la problemática del negro americano y del subdesarrollo.
No obstante, sus obras metodológicas por excelencia son Value in social theory y Objectivity in social research. Las principales conclusiones de su razonamiento sobre este particular son: 1. Las ciencias sociales no pueden ser neutrales. 2. La introducción de valores o en el proceso del conocimiento no es un hecho fatal, sino una condición fundamental para la orientación y organización del mismo. 3. Lo que el científico social debe hacer en aras de la honestidad es tomar conciencia de ello, esforzarse por explicitar sus valoraciones, procurar que éstas sean socialmente significativas y controlar su uso (desgraciadamente, esta importante propuesta estratégica ha hecho escasa mella en nuestra profesión).
En el plano analítico, la obra de Myrdal es plural. La teoría pura atraería su atención en los primeros años de su vida intelectual, como lo demuestra su libro Monetary equilibrium y sus análisis del equilibrio, el interés, la inversión, las expectativas, el ciclo económico... Pero ha sido el análisis de problemas concretos de la vida social y política, con un enfoque metodológico inductivo deductivo a partir de una hipótesis globalizante, lo que ha dominado su trabajo analítico. En este nivel destacan: 1. El estudio de la marginación, concretado principalmente en su obra de 1944, An American dilemma, sobre la situación social del negro americano, y El reto a la sociedad opulenta, donde se analizan las causas y problemas de la desigualdad social en Estados Unidos, 2. Su aportación al conocimiento concreto del subdesarrollo y a la teoría del desarrollo, el grueso de su obra y, a mi modo de ver, su principal contribución.
Los estudios sobre el desarrollo merecen especial mención, tanto por sus aportaciones teóricas como por su crítica a la teoría dominante del desarrollo y del comercio internacional de los años cincuenta y sesenta. Su aproximación anticipativa a la corriente históríco-estructural, e incluso neomarxista, muestra la fuerza de su pensamiento. Con su obra Teoría económica y regiones subdesarrolladas y la explicitación del papel de las relaciones interespaciales en la definición del desarrollo y el subdesarrollo, MyrdaLaportaría elementos teóricos importantes para la teoría del desarrollo y la economía regional. La conclusión del orden político-económico más relevan te de este análisis, que se desarrollaría ampliamente en su obra Solidaridad o desintegración, es el rechazo, por ser contrario a los intereses de los países subdesarrollados, del librecambísmo.
Gunnar Myrdal acaba de morir, pero deja detrás de sí el ejemplo de lo que la sociedad espera del intelectual: compromiso con la historia de la humanidad y actitud crítica respecto de la sociedad existente.
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