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LAS ELECCIONES DEL 10 DE JUNIO

"Dar prioridad a la política sobre otras formas de lucha"

Txema Montero, de 33 años, primer candidato de Herri Batasuna (HB) al Parlamento Europeo, se declara impresionado por la acogida que ha encontrado hasta ahora fuera de Euskadi. los colaboradores de la coalición abertzale cuentan con apoderados en 43 provincias. Muchas de estas provincias contemplarán antes del próximo día 10 el paso de este abogado de 33 años, que es el primer varón de su familia ajeno a la profesión de marino, con cara de haber leído muchísimo desde pequeño y cuya vida quedó marcada a los pocos días de nacer por la elección de su pediatra, Santiago Brouard. Fue el doctor Brouard quien le diagnosticó una bronquitis crónica y recomendó a sus padres, un oficial de la Marina mercante de Cádiz y una bermeana, trasladar al bebé fuera de la gran ciudad para preservar su salud. Desde entonces reside en Mungia, a 15 kilómetros de Bilbao. Brouard le introdujo luego en el laberinto de la izquierda independentista. Cuando el médico fue asesinado, Montero tomó la investigación como un asunto casi personal.

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Otros objetivos

En su despacho profesional de Bilbao, entre viaje y viaje ole precampaña, el candidato -casado, con dos hijos- admite que no lograr un escaño en Estrasburgo sería un fracaso para pero considera probable su elección y posible la del siguiente en a lista. "En todo caso, también tenemos otros objetivos", explica. "Queremos convertir la campaña en un gran mitin para acabar con una tremenda paradoja: HB es la fuerza política de la que más se habla en el Estado español y la que menos puede hablar por sí misma".

Obtener un diputado, para lo que los abertzales radicales necesitan unos 60.000 votos fuera del País Vasco, sería también, en opinión de Montero, "una victoria simbólica de la izquierda estatal consecuente, que nos está prestando su apoyo, y quizá propiciara la formación de una verdadera alternativa al Partido Socialista por parte de esa izquierda, de la que hasta ahora casi podría decirse que avanza de derrota en derrota hacia la victoria final".

La campaña busca un voto determinado: el de sectores radicalizados y de la izquierda rupturista. Colectivos de trabajadores y profesionales constituyen, según el candidato de HB, el grueso de los núcleos de apoyo en Cataluña, Castilla, Asturias y Galicia.

Montero no piensa condenar a ETA por los caminos "del Estado español" como él dice, porque "sería un ejercicio de hipocresía política si no se hace antes un diagnóstico de las causas de la violencia y sus remedios"; pero se declara decidido a trabajar para que HB haga suya una estrategia basada en dos ejes, "dar prioridad a la política sobre otras formas de lucha" y "encontrar una salida política a quienes han estado activamente en otros frentes de actuación".

El hecho de que ETA ofrezca la negociación y la transacción como salida, añade, "supone que no es necesaria la victoria de un bando sobre otro y que mañana mismo podría empezar a materializarse la paz".

Sus proyectos para Estras burgo son ambiciosos. Quiere organizar una oficina que canalice hacia el Parlamento Europeo- las demandas de las minorías nacionales, trabajadores y parados, mújeres, ecologistas y movinuen tos alternativos, para oponer a "la Europa de los mercaderes, de la OTAN y de los policías" una estrategia radical construida a partir de "la lucha por las pequeñas grandes cosas".

Reflexión sobre los pueblos

"A la realidad económica de vasos comunicantes hay que oponer un trabajo político y una reflexión que supere el ámbito de los Estados", explica. "Por ejemplo, si en el Estado español hay una oferta determinada de industrias automovilísticas es porque ha dejado de haberla en otras zonas de Europa, y la izquierda consecuente debe dar respuesta a ese hecho".

Para Montero, el combate político en Europa visto desde Euskadi debe tratar de consolidar la tradición histórica de los derechos civiles, oponiendo una presentación dialéctica del derecho a la razón de Estado. Debe adecuarse a las realidades nacionales y reconocerlas como marcos específicos de lucha, y además tiene que negarse a aceptar como una fatalidad que la pertenencia del continente a uno de los dos grandes bloques militares obligue a cada país a estar en la OTAN.

De paso, si es elegido intentará internacionalizar el problema de Euskadi. La obligación de jurar la Constitución no será obstáculo. Montero recuerda la vieja fórmula foral de los vascos ante las decisiones reales que consideraban injustas: "Se obedece, pero no se cumple".

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