"No se me negará que he sido un político de calle"
Como si se tratase de unas elecciones legislativas, como una campaña más a la que no hubiese precedido una declaración suya de renuncia al protagonismo en la política, Manuel Fraga lleva ya recorrida una decena de provincias en 10 días de precampaña electoral. "Creo que no se me negará que he sido un político de los de la calle, de los de saludar a la gente en la calle, de los de abrazar en los pueblos, de los que reciben una carta y la contestan... Y yo creo", explica en un momento de descanso en el asiento del Volvo en el que viaja, "que ese estilo hay que llevarlo al Parlamento Europeo".Más atemperado que hace un año, con un ostensible y hasta de liberado desinterés ante los cargos públicos -"No aspiro ni si quiera a ser portavoz del grupo liberal-conservador; prefiero ser simplemente un buen parlamentario español"-, el candidato de lujo de AP para el Parlamento Europeo, asegura que no va a ser "de los que dicen que van a defender a España a pesar de Europa".
El pariente pobre
"Muchos de los problemas que España tiene planteados ya no tienen solución más que a nivel europeo", agrega, dispuesto a mostrar su europeismo. "Tenemos que sentimos en la Comunidad Europea como los demás, y no como si fuéramos el pariente pobre".
"Yo no oculto" prosigue Fraga "que estoy de parte de los que aspiran a una mayor integración política europea, hecha con prudencia y de forma progresiva. Yo he utilizado ya la palabra federalismo europeo, y no lo he hecho sin haber meditado sobre ella".
Muy crítico -con la negociación que el Gobierno socialista llevó a cabo para la integración de España en la CE, el 1 de enero de 1986, Fraga afirma, no obstante, que ha llevado a cabo una precampaña electoral para transmitir cierta confianza a los sectores sociales que se sienten perjudicados por el impacto de las normas comunitarias y pueden derivar hacia un rechazo. de la presencia española en las instituciones europeas.
"El mensaje que estoy transmitiendo", añade el ex lider de AP "es que no se desprecie lo que se ignora. Y que, si bien es verdad que se hizo una negociación mala, apresurada, muchas cosas pueden tener arreglo desde dentro de la CE. En todo caso, yo no voy a proponer una renegociación de la adhesión de España; entre otras cosas, porque ésa es una expresión demagógica".
Cauto con cuanto concieme a la vida interna de AP, opina que "lo normal" es que el presidente del partido, Antonio Hemández Mancha, sea, el candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones legislativas.
Escaldado con la ruptura de la Coalición Popular, el veterano dirigente conservador señala que los resultados de las elecciones del 10 de junio pueden aconsejar una conjunción de nuevo de las fuerzas de centro-derecha para intentar derrotar al PSOE en 1990, pero subraya, que "la experiencia muestra que entre esas fuerzas las hay de verdad y las hay falsas; las que aportan algo y que no aportan nada; las hay que son de fiar y las que no son de fiar".
Preeminente defensor de que "cuando en política se dice que sí es que sí, cuando se dice que no es que no y cuando se dice veremos es veremos", asegura no comulgar en casi nada "con las decisiones inteligentes pero cínicas" del conde de Romanones y, en particular, con su advertencia de que en política la palabra "jamás" significa "hasta dentro de un rato".
Decisión irreversible
"Yo decidí en diciembre", recuerda y precisa Fraga a la vez,"retirarme de la vida del partido y dedicarme al pensamiento, porque estaba haciendo demasiadas cosas a la vez. Decidí dar paso a una nueva generación, sabiendo las consecuencias de todo tipo que eso tendría, y facilitar que se probase otro estilo en el partido. Ha sido acertado, ha sido oportuno y, por Io mismo, irreversible".
Ilusionado con la perspectiva de ser eurodiputado, tras asumir la petición de AP de que encabezase la candidatura para que el' partido se beneficie de su gancho electoral y disuadiese una fuga de votos previsiblemente a favor de Blas Piñar, Fraga declara que en Estrasburgo se sentirá "igualmente obligado como español, como liberal-conservador y como europeo".
No parece que entre en los planes de Freaga cómpetir por la presidencia del Parlamento Europeo, que será renovado en 1989, mientras que adopta la actitud de quien se deja querer ante una posible candidatura a la Xunta de Galicia. "Puede ser que un día alguien me lo pida, o que yo considere... Pero ahora no me planteo eso".
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