Lauretta Ngcobo
Una escritora surafricana que lucha por la liberación de su pueblo
Lauretta Ngcobo, una escritora surafricana que vive en Londres desde 1969, sigue luchando desde su exilio por la liberación de su pueblo, asumiendo la responsabilidad de dar a conocer y de denunciar el sistema de segregación racial que impone el Gobierno de Suráfrica. Para esta mujer de 55 años, que perteneció, al igual que su marido, al Congreso Nacional Africano, la política del apartheid no sólo significa separación entre blancos y negros, sino también separación entre ciudad y campo, y entre hombre y mujer.
El motivo por el que Lauretta Ngcobo puso por título a su primera novela Cruz de oro (Cross of gold) fue porque cree que realmente su pueblo está siendo crucificado a causa del oro y de las otras riquezas que hay en Suráfrica y que el resto del mundo desea. "Los Gobiernos como el británico o el norteamericano", afirma, "no están interesados en la situación que padecen los negros en Suráfrica sino en el potencial económico y en la posición estratégica que ocupa entre Este y Oeste".Lauretta Ngcobo y su marido, que fue encarcelado entre 1950 y 1960, y que compartió prisión junto a Nelson Mandela se exiliaron a Londres hace ya casi 20 años. En Londres se gana la vida como profesora, al igual que hizo antes en su país, y compagina esta labor con la literatura y con la tarea que se ha impuesto de difundir y denunciar el apartheid y, sobre todo, la situación de la mujer negra en Suráfrica. "Es sobre todo a partir de la década de los sesenta" ' señala, "después de las matanzas de Sharpeville y de la proscripción del Congreso Nacional Africano, cuando las mujeres tuvieron que aceptar y asumir nuevas responsabilidades en ausencia de sus maridos, encarcelados masivamente".
Raramente la industria surafricana emplea a la mujer, a la que, por otra parte, se le niega incluso la autoridad legal sobre los hijos cuando falta el padre, que pasa automáticamente a manos de la familia paterna Pero todavía más dura e injusta es la situación de la mujer en el campo. "Allí la gente vive en re servas", donde sólo quedan mujeres, niños y viejos porque los hombres están en la cárcel o en las minas, y únicamente disponen de dos o tres semanas al año para estar consu familia Por eso la mujer tiene, entre otras responsabilidades, la de transmitir la cultura y la tradición a las nuevas generaciones".
Lauretta Ngcobo ha reflejado en su segunda novela, aún por terminar, todo este mundo, que conoce muy bien, pues nació en una reserva zulú. Sin embargo, ella ha podido procurarse una educación superior, en un país donde ni siquiera la enseñanza básica es gratuita para los negros, aunque sí para el resto de la población, y tan sólo un mínimo porcentaje de hombres negros llega a la Universidad.
La escritora estudió en Fort Hare, la única universidad que en aquella época estaba abierta a los negros y por cuyas aulas ha pasado buena parte de los líderes africanos, entre ellos los surafricanos Nelson Mandela y Oliver Tambo. "Actualmente hay más centros universitarios donde los negros pueden estudiar", explica la escritora, "pero hay que ver la calidad de la enseñanza que se imparte".
Respecto al pretendido boom de la literatura africana en Europa, Lauretta Ngcobo se muestra bastante escéptica, y más cuando su propia experiencia le ha demostrado que no sólo a los escritores africanos les resulta difícil publicar, sino que además sus libros son relegados al último rincón de las librerías europeas.
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