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Deporte en la nieve para invidentes y presos de Granada

Ciegos y presos han participado en sendos cursillos de iniciación al esquí en Sierra Nevada (Granada), a lo largo del mes de abril. En total, 25 invidentes, con edades comprendidas entre los siete y los 26 años, han logrado deslizarse por las pendientes de las pistas para principiantes, dirigidos por monitores especializados. También ocho jóvenes presos de la cárcel de Granada han seguido un cursillo de esquí.

Los cursos han sido organizados por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Granada en colaboración con la Organización Nacional de Ciegos y la prisión provincial. Esta iniciativa ha provocado las críticas de los miembros del Sindicato Independiente de Funcionarios de la prisión de esta ciudad, quienes han manifestado su estupor ante el desembolso económico que estos cursos representan, mientras que "no existen fondos para instalar talleres en la prisión, ni tan siquiera para dotarla de vestuario y medios sanitarios", han manifestado.El primer colectivo en subir a Sierra Nevada fue el de los ciegos, a comienzos de abril. De los 25 participantes, 19 eran invidentes totales que necesitaban el apoyo constante de otros tantos monitores. Fue menester prescribir un código de frases para matizar cada movimiento. Por ejemplo, se establecieron varios tipos de parada según tres grados de intensidad: paro, alto y quieto.

José Martínez, un joven monitor de la Escuela Española de Esquí, resume el éxito de la experiencia: "No hubo que ir una sola vez a la clínica". Durante las horas de aprendizaje, los monitores no podían dejar de hablar o rozar el cuerpo del esquiador para hacerle notar su presencia. Incluso se estableció el acuerdo de que si durante tres segundos el profesor no impartía alguna orden, el esquiador debía detenerse. Debido a los numerosos esquiadores que compartían la pista con los ciegos, se decidió destacar su presencia con dorsales.

Quizá lo, más penoso fue la despedida y un sentimiento de que no iban a volver nunca. Sin embargo, Luis Castellón, concejal de Deportes, está convencido de que la experiencia se repetirá en la próxima tempo rada.

Los ocho reclusos seleccionados según su historial -la mayoría cumplen condenas de cuatro a cinco años por delitos de robo relacionados con el consumo de drogas- de entre los 300 que conviven en la prisión granadina han tenido menos fortuna. Su llegada a la sierra, el 26 de abril, ha coincidido con el fin de la temporada y con un aire endiablado que ha impedido usar los remontes. Un funcionario les ha acompañado todos los días y otros dos han subido episódicamente.

Durante los primeros días no pudieron trasladarse a las pistas altas de Borreguiles y consumieron el tiempo jugando al fútbol y paseando en la zona de Pradollano. En esta ocasión no ha hecho falta un curso de esquí especial para ellos, y, pese a los contratiempos, la experiencia les ha encantado.

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