El juez ordena el traslado de nueve 'cetme' del cuartel a dependencias policiales
El magistrado Jesús Calderón, titular del Juzgado de Instrucción número 26 de Madrid, ha ordenado el traslado de nueve fusiles de asalto cetme del cuartel de Infantería de Marina situado en la calle de Arturo Soria a dependencias policiales, tras el análisis balístico efectuado sobre el proyectil que supuestamente causó la muerte de María Gabarrón, fallecida la pasada semana cuando paseaba en compañía de su marido y su hija cerca de dicho centro militar. En medios policiales se han criticado las "trabas" que se han puesto a los investigadores en este caso, lo que ha sido negado por fuentes militares.Los nueve fusiles trasladados, que a primera hora de ayer ya se encontraban en las dependencias de la sección de balística del Gabinete Central de Identificación de la policía, serán examinados para determinar si alguno de ellos disparó el proyectil que fue encontrado a unos 150 metros de donde cayó el cuerpo de María Gabarrón. Estos cetme pertenecen a los soldados que formaban el cuerpo de guardia el día de los hechos, el pasado 16 de abril.
Para la comprobación será necesario disparar con estas armas, mediante un sistema de retención de bala que permita clarificar el rasgo de las estrías que forma cada uno sobre los proyectiles y compararlas con la bala recogida en las inmediaciones del cuartel.
Si el resultado de comparación fuera negativo, la policía pretende solicitar al juez Calderón el examen de los fusiles de asalto de uno de los dormitorios de soldados que se encuentran en uno de los pisos superiores del cuartel y posteriormente las armas de una residencia de oficiales solteros que también se encuentra en el centro militar.
Fuentes policiales han señalado que las ventanas de ambas dependencias se encuentran en la trayectoria que realizó la bala que mató a la mujer. "Si estos exámenes se mostraran igualmente negativos, pediríamos el análisis de todos los fusiles cetme del cuartel", añadieron.
Contrastar estrías
Otras fuentes policiales han señalado que estas inspecciones llevarán "varios días, incluso semanas", ya que hay que efectuar varios disparos con cada arma y contrastar sus estrías -verdaderas huellas dactilares de las armas- con la bala encontrada en las inmediaciones del cuartel.Otro aspecto de dificil clarificación es contrastar científicamente que la bala hallada a unos 150 metros de donde murió María Gabarrón fue efectivamente la que le ocasionó su fallecimiento, ya que, a raíz del primer análisis sobre el proyectil encontrado -un 7,62-, se ha podido constatar la escasez de restos orgánicos adheridos a la bala.
"Esto puede ser debido", según fuentes policiales consultadas, "al propio movimiento giratorio del proyectil y a la velocidad del mismo, lo que podría impedir determinar los subgrupos sanguíneos adheridos a la bala y, por tanto, imposibilitar su comparación con las muestras tomadas del cadáver de María Gabarrón". Por otro lado, se ha podido constatar que "el tiro fue limpio y que no chocó contra ningún hueso del pecho de María Gabarrón", añadieron.
Declaraciones de altos mandos
Por otra parte, ante el juez Calderón declaró ayer el coronel José Manuel Estévez, jefe del cuartel de la calle de Arturo Soria. En próximas fechas lo harán otros oficiales y suboficiales con responsabilidad en la guardia de aquel día.En medios policiales se ha criticado una serie de "trabas" puestas por mandos del cuartel de Infantería de Marina a los investigadores policiales. Según fuentes policiales, estos obstáculos surgieron desde el primer día, cuando el grupo de homicidios de la Brigada Regional de Policía Judicial, que se encargó del asunto y pudo determinar ante el juez la trayectoria del proyectil homicida, inició sus pesquisas.
Lluis Reverter, director general de Relaciones Informativas de la Defensa (Drisde) aseguró ayer que tanto la Armada como el propio ministerio "tienen el mayor deseo de que se haga la mayor luz sobre este asunto".
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