Tarradellas, esperanzado por su salud y por la evolución del país

El expresidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, se declaró ayer esperanzado por partida doble acerca de su propio estado de salud y de la evolución política de España, "que se mueve en un clima de optimismo", en unas declaraciones a EL PAÍS, las primeras que efectúa desde que fue ingresado en una clínica de Barcelona el pasado 26 de enero. Tarradellas, que en los últimos tres meses ha sido sometido a cuatro intervenciones quirúrgicas, se encuentra ya en su domicilio de la Vía Augusta, de Barcelona, en compañía de su esposa Antónia Maciá, que ha acentuado últimamente su papel de valedora de la intimidad y del descanso del veterano político catalán.Josep Tarradellas, más delgado pero con un aspecto risico mejorado, recibió ayer al presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau, durante unos 25 minutos. El ex presidente se muestra optimista con su estado, aunque recuerda constantemente su edad -88 años- y bromea diciendo que "últimamente no conozco ningu no de los nombres que aparecen en las necrológicas de los periódicos".

El presidente de la Diputación había acudido al domicilio de Tarradellas para felicitarle por la Diada de San Jordi y comunicarle la puesta en funcionamiento de la nueva sede de la Diputación de Barcelona. Tarradellas elogió la construcción del nuevo edificio, cuyas últimas obras había visto desde su automóvil oficial en un reciente paseo.

Tarradellas explicó a este diario que está "al corriente de la actualidad política del país". El expresidente sigue pensando que "a pesar de los últimos conflictos, sociales el país se mueve en un clima de optimismo". Respecto a los últimos atentados perpetrados por ETA en Barcelona, apuntó que "son cosas pasajeras".

El político mostró su satisfacción por las muestras de apoyo que ha recibido durante las últimas semanas desde la mayor parte de los sectores políticos del país. Las secretarias de Tarradellas han enviado más de 400 cartas de agradecimiento.

Pese a valerse por sí mismo, Tarradellas continúa en estado de observación médica. En sus salidas no suele descender del automóvil y el pasado fin de semana, por ejémplo, viajó en su coche oficial hasta Arenys de Mar (Barcelona). Durante su convalecencia, Tarradellas sigue devorando los diarios y revistas, y, si no tiene visitas, no suele perderse los informativos de radio y televisión. El expresidente no piensa moverse de su casa durante la Diada de Sant Jordi, pero ya está pensando en viajar con su esposa hasta el monasterio de Montserrat, para recordar a su hija Montserrat, fallecida en marzo de 1984.

Desde el pasado día 26 de enero, Josep Tarradellas ha sido sometido a cuatro intervenciones quirúrgicas, en las que se le extirpó el riñón izquierdo y la próstata y se le intervino dos veces por problemas intestinales.