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Dos años de remontadas

El Real Madrid, que afronta esta noche su partido número 209 en torneos continentales —en concreto, el 144 en la Copa de Europa—, tiene su récord goleador en el 9-0 que le metió al Odense, danés, en la temporada 1961-1962 y su segunda mejor marca en sus 8-0 al Sevilla, en la de 1957-1958, y al Olimpiakos de Nicosia, chipriota, en la de 1969-1970.

El miedo escénico al Bernabéu se acuñó, sin embargo, más recientemente, en las dos últimas ediciones de la Copa de la UEFA, que ganó. En ellas remontó de forma espectacular las ventajas que habían adquirido equipos tan fuertes como el Anderlecht, el Inter y el Borussia Moenchengladbach.

En los octavos de final de la Copa de la UEFA de la campaña 1984-1985, el Anderlecht le venció en Bruselas por 3-0. La trayectoria del Real Madrid, que había eliminado al Wacker Innsbruck, austriaco, y, con muchos apuros, al Rijeka, yugoslavo, parecía cortada. Pero a los 30 minutos del encuentro de vuelta los jugadores de Amancio Amaro ya habían igualado el resultado con tres goles de Sanchis, Butragueño y Valdano. No importó que el danés Hansen marease para el rival a los 33. Valdano y Butragueño, por dos veces, tenían establecido el definitivo 6-1 a los 49. El goleador argentino empezó a pensar que el escenario del Bernabéu cohibiría a cualquier adversario y lanzó la expresión del miedo escénico.

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Luego, en las semifinales, el Inter consiguió un 2-0 en Milán. En Madrid, con Luis Molowny de nuevo en el banquillo, Santillana, con dos tantos, y Michel ya habían volteado el marcador a los 59 minutos.

Lo paradójico es que en la final el cuadro blanco derrotó a domicilio al Videoton, húngaro, por 3-0 y perdió después en su casa por 0-1. Dejaba la impresión, corroborada más tarde, de que reserva esa capacidad de arrollar en el Bernabéu para las ocasiones en que es necesario totalizar muchos goles.

A la temporada siguiente, la de 1985-1986, con Molowny, los octavos de final también se presentaron sumamente comprometidos. El Borussia Moenchengladbach venció en su terreno por 5-1. En el turno de vuelta, Valdano, a los 5 y los 18 minutos, y Santillana, a los 73, pusieron muy cercana la proeza de seguir en liza. No obstante, faltaba el resolutorio cuarto gol. El cántaro se rompió a los 89, cuando Santillana atizó tras un rebote.

El Inter, otra vez en las semifinales, pretendió resarcirse de su fracaso del al anterior. Así, ganó por 3-1 en su antiguo San Siro, ahora Giusseppe Meazza. Dos semanas después, Hugo Sánchez, de penalti, a los 44 minutos, y Gordillo, a los 64, pusieron al Madrid en 2-0; el irlandés Brady, de máximo castigo también, marcó el 2-1 a los 66 y Hugo Sánchez, en otro penalti, el 3-1 a los 75. En la prórroga, un Real Madrid lanzado apabulló al Inter con dos remates de Santillana a los 93 y los 108. Era el 5-1 demoledor.

El Colonia, en la final, perdió precisamente por 5-1 en el feudo madridista y su victoria posterior por 2-0 en el suyo fue insuficiente.

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