La sangre
Para mí, este país que nos ha tocado vivir no es serio. Es lógico que no sea serio porque es joven, sólo tiene nueve años de democracia, no sabe distinguir lo principal de lo accesorio ni tiene escala de valores. Pronto entrará en crisis al cumplir los 10 años. Empezará a tomar conciencia de sí mismo y a preguntarse ¿quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿qué es lo que quiero?, ¿cómo puedo conseguirlo?, ¿de qué medios dispongo?A nuestros representantes les ha dado por comparar nuestras estadísticas con las de otros países más avanzados. En incultura a todos los niveles y en delincuencia de todo tipo, no creo que haya muchos países más avanzados que el nuestro.
No logro entender por qué se habla y se escribe sobre el SIDA en los medios de comunicación, una vez que se han publicado las medidas higiénicas que se deben tomar para evitar el posible contagio. Además de la enorme presión que ejerce el colectivo de homosexuales de California y el correspondiente eco internacional, supongo que será porque la enfermedad conlleva morbosidad y lo morboso atrae, pero a la larga si se insiste provoca neurosis.
Se debería hablar de las muertes por accidentes de tráfico o de diferentes enfermedades que todos conocemos, cuya incidencia en la mortalidad es incomparable a la del SIDA. Por ejemplo, en un par de desgraciados fines de semana, mueren más personas en la carretera que las que han muerto por el SIDA desde que se descubrió la enfermedad en 1981.
Partiendo de la base de que soy doctor en medicina y especialista en hematología y hemoterapia desde hace 14 años y trabajo en un hospital de 1.600 camas, he de decir que el SIDA no es la única enfermedad posible que se puede transmitir por la sangre.
Con la bibliografía en la mano, no es confirmatorio que toda persona que recibe sangre de otro con anticuerpos del SIDA vaya también a contagiarse del virus y éste en el nuevo organismo sea capaz o no de desarrollar la enfermedad. Como la duda existe, porque se han descrito algunos casos asociados a las transfusiones, casi insignificantes, teniendo en cuenta el número de personas que se transfunde en el mundo, es por lo que se debe estudiar los anticuerpos anti-SIDA a todos los donantes, como único marcador conocido hasta ahora de haberse puesto en contacto con el virus.
Para mí, más importante que el SIDA como enfermedad que puede transmitirse por la sangre es la hepatitis no A no B. Actualmente, no hay marcadores seguros para descubrir dicho virus en los donantes. Se podría detectar de una forma indirecta, si en este país hubiese una infraestructura sanitaria como en EE UU.
Repasando la historia de la medicina, los grandes descubrimientos con repercusión en la humanidad o se han llevado de forma secreta por científicos reconocidos o nadie hace caso de ellos hasta que no pasan unos cuantos años, por haber sido realizados por científicos no conocidos. Los medios de comunicación, como sigan hurgando en esta enfermedad como lo están haciendo, hasta pueden producir mucho daño a la sociedad. El tema del SIDA, en mi opinión, debiera empezar a deshincharse, una vez que todos los colectivos con intereses en la misma han cumplido sus objetivos.
Termino diciendo que soy donante de sangre desde 1972, y si hay un producto terapéutico capaz de salvar una vida, es la sangre, siempre que se cumpla con la legislación vigente.-
Médico.
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