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El Tracer, campeón de la Copa de Europa

La victoria del Tracer en la 3W Copa de Europa marca un hito. El desplazamiento de 4.000 seguidores milaneses y su invasión de la pista al final brindaron un colorido que parecía exclusivo de otros aficionados. Si la derrota del Maccabi ha supuesto la. de un país, Israel, que sólo tiene a este equipo de baloncesto como exponente de su deporte, no es menos cierto que toda Italia vibró ante los gritos patrióticos de los abanderados tifosi.

El partido fue tan igualado que se decidió con la última jugada. Un alocado Meneghin buscó la gloria de machacar la canasta de la victoria para su equipo. En su entusiasta carrera, perdió efectividad y dejó a los israelíes con el balón en su poder y ocho segundos para intentar remontar el 69-71. La inspiración no acompañó al Maccabi y un apático Jarrich lanzó mal y descolocado. El balon volaba hacia la nada, mientras los seguidores italianos ya volaban hacia la pista.

Fue un encuentro de auténtico desgaste. Físico, porque en todo momento se, jugó con fuerza y virilidad. Psíquico, porque nunca las diferencias superaron los cuatro puntos en la primera parte y los seis en la segunda. Técnico, porque las faltas personales fueron mermando las posibilidades defensivas de- cada uno de los contendientes y hacía falta recurrir a la mejor técnica para controlarlo.

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