Indignación en Melilla porque las autoridades deportivas transigieran ante la UEFA
Los medios políticos y deportivos de Melilla han recibido con indignación la noticia de que la Unión Europea de Fútbol Asociación (UEFA) prohíbe jugar en la ciudad el partido de la Eurocopa sub 16 entre las selecciones de España y la RFA del próximo día 8 atendiendo la protesta alemana de que Melilla no está en Europa. Manuel Céspedes, delegado del Gobierno, asegura que la postura alemana hay que buscarla "en la infraestructura económica", al tener que utilizar tres aviones distintos para llegar a Melilla, "pues no es de recibo el señalar que Melila no está en Europa".
Las fuerzas políticas y deportivas expresaron su más enérgica protesta y su total indignación por el tema. Así, el senador del Grupo Popular Jorge Hernández remitió sendos telegramas al presidente de la federación y al de la UEFA, calificando de inadmisible la prohibición de celebrar el partido y poniendo de manifiesto que Melilla "es tan española y europea como Coria del Río", en Sevilla, donde se celebrará el partido el próximo día 8.Céspedes afirmó que era lógico que tuviera conocimiento de que el partido iba a celebrarse en la ciudad, y mucho más tras la visita oficial de su "buen amigo" Adolfo Gil de la Serna, vicepresidente de la federación. El delegado del Gobierno dijo que él mismo había sido valedor del estado del terreno de juego y había garantizado una seguridad total para el partido, lamentando el que la federación no hubiera comunicado a la Secretaría de Estado para el Deporte la decisión de que el partido se jugara en Melilla.
Por su parte, tanto Francisco Verdugo, delegado del Consejo Superior de Deportes, como Jorge Cuenca, delegado de la Territorial Norteafricana de Fútbol, afirman que les consta que la federación "ha hecho todo lo posible para que el partido se disputara en Melilla" y el concejal delegado de deportes Francisco Moya, del PSOE, que fue quien oficialmente solicitó en Madrid la concesión de un encuentro internacional, expresó su decepción y la de todos los deportistas melillenses por la ilusión que tenían en recibir, por primera vez en su historia, a una selección española de fútbol.
La única constancia oficial que había en la ciudad de que el partido se iba a celebrar en Melilla vino de boca del vicepresidente de la federación, Gil de la Serna, miembro, a su vez, del Comité de Juveniles de la UEFA, que visitó Melilla el pasado 14 de marzo. Ese mismo día manifestó que el estadio municipal "se encontraba en perfectas condiciones para jugar" y afirmó que la selección juvenil nacional llegaría el 6 de abril, lunes, con el cuadro técnico al frente. Se reservaron a continuación las correspondientes habitaciones en varios hoteles de la ciudad, incluido el parador nacional de turismo, así como una treintena de plazas en los vuelos que unen Málaga con Melilla.
Los únicos problemas que llegaron a la ciudad sobre la organización del partido fueron vía federación española y hablaban del "largo trayecto y gastos que acarrearía a los alemanes llegar a Melilla". Estos argumentos motivaron el que el Ayuntamiento, con mayoría socialista, pensara en poner un vuelo chárter para ambas selecciones desde Málaga.
En ningún momento, al menos éstas fueron las noticias que los responsables federativos hicieron llegar al comité organizador, se habló de la situación extraeuropea de Melilla, ni mucho menos de un Marruecos español.
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