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32 periodistas financian desde hace un año su proyecto de emisora local

Emisora de radio local con "vocación de legal"; sociedad anónima con mentalidad cooperativa o "historia de locos" como la califica su director, José Luis Percebal, Radio Iris no es un caso muy corriente. Concebida como una vía alternativa, sus miembros, 32 personas con una media de edad algo superior a los 25 años, no sólo no cobran por su trabajo actual -de cinco a 11 horas, según los casos- ni piensan cobrar cuando empiecen a emitir -hacia final de mes-, sino que contribuyen mensualmente con 3.000 pesetas para mantenerla viva.

Desde octubre, la mayoría de los 32 miembros-accionistas van a cubrir manifestaciones, conferencias de prensa; traen la entrevista con el personaje de actualidad, asisten a las sesiones de la Asamblea de Madrid provistos de su acreditación. Sin embargo, nada de lo que han hecho, nada de lo que después se elabora con ahínco, y se graba con espíritu perfeccionista ha salido al aire todavía.Radio Iris ha optado por un modelo intermedio entre la radio legal y la pirata: "Saldremos al aire cuando esté legalizado todo lo legalizable: Sociedad de Autores, Registro Mercantil, potencia y frecuencia, pero, sobre todo, cuando nos parezca que estamos preparados", dice José Luis Percebal, zaragozano de 32 años, 15 de radio, y ahora empleado y estudiante de Periodismo.

"Esperamos empezar a emitir a finales de este mes", dice Percebal, "y esperamos tolerancia y comprensión. El permiso expreso para empezar puede tardar... años, porque, después de la Constitución, esto todavía no está regulado". Existe otra posibilidad: presentar un aval bancario que garantice la programación durante 10 años.

Hace un año, el núcleo de lo que más tarde sería Radio Iris era un grupo nutrido de estudiantes de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid, unidos por el amor a la radio y la desesperación ante la imposibilidad de hacer prácticas. Empezaron en la facultad, pero se hicieron amigos aquí.

En abril de 1986 José Luis Percebal fue elegido director por sufragio universal y se inició la constitución de Girsa, "una sociedad anónima con mentalidad de cooperativa o una cooperativa disfrazada de sociedad anónima". En octubre se trasladan al piso y empiezan a trabajar.

Con las aportaciones económicas, exteriores y la ayuda de la Asociación de Amigos de Radio Iris han ido comprando, después de mucho hacer cuentas, el equipamiento. "Los equipos de mezcla los compramos un 25% más baratos que en fábrica, y legal, ¿eh?", se ufana José Luis. Ahora sólo les falta el emisor -medio millón-, y llevan regateando un mes entre siete u ocho marcas. Con sus cuotas mensuales pagan los gastos del piso.

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Maestros y alumnos

Radio Iris parece una sabia mezcla de autoridad y libertad. Hay un reglamento de trabajo, hay un director, está claro que hay jefes, pero "todos los de a pie" son accionistas. Hay también un consejo de redacción que se reúne todos los meses, cuyos 10 miembros son elegidos cada dos años y cuyas funciones son consultivas.Entre ellos hay empleados de banco, de agencias de viaje, publicitarios. Hay gente como Sagrario, la más madriles, periodista, que trabaja cuatro horas cada día en el mesón de su hermano y el resto del tiempo lo dedica a Radio Iris; o como Valbuena, 19 años y estudiante, que casi vive en la emisora; o Rocío, de 22, que acaba de reengancharse en Periodismo después de dos años en Estados Unidos y se mantiene dando clases de español a refugiados y haciendo horas en una tienda.

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