El ímpetu del desarrollo local
Los Gobiernos de Francia, Italia y España, entre otros, están actualmente comprometidos en una política de descentralización que puede, a la larga, aumentar la autonomía fiscal de los niveles inferiores de gobierno y que puede, consecuentemente, permitirles responder más adecuadamente a los cambios en las condiciones de la economía local.La actual situación fiscal se puede resumir, grosso modo, de la siguiente manera:
1. En todos los países el Gobierno central (en el que se incluyen los fondos de la Seguridad Social) sigue teniendo la parte mayor de ingresos y cuentas: por término medio, un 77% del total de ingresos fiscales.
2. La proporción de ingresos fiscales atribuidos al Gobierno local varía bastante, desde menos del 2% en Grecia a más del 30% en Suecia.
Muchos países de la OCDE están recurriendo actualmente a las iniciativas locales para crear empleo, y por ello la responsabilidad fiscal local puede influir claramente en la capacidad de reacción del Gobierno local. Tal responsabilidad podría permitir a los Gobiernos locales ofrecer garantías para créditos destinados a promover las iniciativas de creación de puestos de trabajo. Ciertamente, las innovaciones fiscales y financieras se influyen mutuamente en ocasiones, especialmente a escala local, cuando lo que está en juego son políticas de desarrollo local. Y esto se debe a que por lo general el sentimiento de compromiso social y la capacidad de lograr un consenso son más fuertes entre las autoridades locales y la comunidad empresarial y financiera locales que a escala nacional.
Un ejemplo es la sorprendente experiencia de muchas zonas metropolitanas de Estados Unidos, donde una serie de iniciativas locales puestas en práctica para combatir la degradación urbana y reconstruir viviendas para residentes de ingresos bajos y medios se ha ampliado posteriormente, llegando a incluir educación compensatoria, formación profesional, reubicación laboral, financiación de pequeñas empresas, creación de puestos de trabajo y una variedad de programas de desarrollo económico y social.
Los barrios acudenMuchas fundaciones y asociaciones filantrópicas participan en la renovación y revitalización urbanas; el Proyecto de la Asociación de Nueva York, dirigido por David Rockefeller, es, sin duda, uno de los ejemplos más notables. No obstante, la experiencia norteamericana parece indicar que de todos los posibles promotores de la renovación de los barrios no hay ninguno que combine mejor los recursos financieros y empresariales que una institución financiera autorizada, diversificada y receptora de depósitos.
La disponibilidad de crédito, junto con una confianza renovada, puede actuar como catalizador de las energías locales, moviendo a los residentes a arriesgar sus propios ahorros y a tomar una participación personal en el futuro de su comunidad, Y lo que es más importante, la participación en la renovación de los barrios convierte los depósitos bancarios ordinarios en créditos de desarrollo. Además, a través de sus afiliados no bancarios, el depositario autorizado puede invertir capital propio en empresas propiedad de otros, rehabilitar áreas residenciales y comerciales, operar programas de desarrollo social, atraer a otros inversores privados y públicos y en general unificar a residentes, Gobierno local y recursos financieros en un esfuerzo de renovación coherente.
Si bien en las zonas urbanas parece que una compañía bancaria o un depositario autorizado equivalente poseen la mejor combinación de recursos empresariales y financieros para tomar parte en una gama amplia de creación de puestos de trabajo y actividades de desarrollo económico y social, en las zonas rurales los bancos de desarrollo regional son los que mejor pueden ofrecer los mejores instrumentos financieros para la promoción de iniciativas locales de empleo, tal como demuestra la experiencia finlandesa.
Los hiperbancosLa importancia de las políticas de desarrollo local y regional queda reflejada por el notable crecimiento de los denominados hiperbancos regionales de Estados Unidos, fenómeno considerado como un cambio fundamental en el sistema bancario estadounidense. En términos de capitalización del mercado, con 2.300 millones de dólares, dos bancos regionales, como el First Wachovia y el First Union, los dos de Carolina del Norte, se encuentran entre los 10 mayores bancos norteamericanos y han superado a algunos grandes nombres de la banca, como Manufacturers Hanover. Naturalmente, clasificados de la forma tradicional, por activos, los grandes bancos centrados en el dinero siguen estando por delante. No obstante, esa mayor valoración de mercado refleja una nueva realidad: con sólo una parte de los activos, los hiperbancos regionales generan unas cantidades absolutas de ingresos netos asombrosas y resultan mucho más rentables, con un mayor rendimiento de sus títulos y activos.
La actual oleada de innovaciones financieras, y en especial la creciente globalización de los mercados financieros, está agitando al mundo de las cajas de ahorros, el tipo más tradicional y más común de bancos locales y regionales. Por un lado, están desapareciendo los límites entre los bancos comerciales y las cajas de ahorros, tal como se indicó anteriormente, y por otro éstas necesitan fundirse o asociarse con otras para operar en los círculos bancarios internacionales y ayudar a sus clientes pequeños empresarios a aventurarse en el extranjero.
Actualmente parece que las cajas de ahorros y los bancos de cooperativas tienen forzosamente que probar nuevas soluciones para hacer frente al reto de la innovación financiera. Según el presidente de Landesgirokasse, el segundo grupo en importancia de las cajas de ahorros alemanas, esto significa, por ejemplo, que tienen que volver a estudiar su situación legal. No obstante, además de las implicaciones institucionales, es importante en este contexto debatir sobre la forma en que las cajas de ahorros pueden hacer frente localmente al reto de la revolución en la banca personal, encabezada por los principales bancos comerciales, y superar internacionalmente el obstáculo de su pequeño tamaño. Además, es también importante tener en cuenta el papel social desempeñado históricamente por las cajas de ahorros en favor de las comunidades locales a las que representan, sobre todo a la luz de la nueva dimensión de desempleo, que constituye en muchos casos el principal problema social de las economías locales.
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