La dueña de una peluqueña recurre al Defensor del Pueblo para obtener licencia

María del Carmen Domínguez, de 47 años, propietaria de una peluquería situada en la calle de Virgen de la Alegría, 7 (distrito de Ciudad Lineal) en Madrid, ha recurrido al Defensor del Pueblo, Joaquín Ruiz Giménez, para conseguir la licencia definitiva de apertura del local. Llevaba cinco años funcionando con un permiso provisional. "Este es el cuento de nunca acabar", afirma la propietaria.

"Llevo ya gastados más de un millón de pesetas en obras que el ingeniero técnico de la Junta de Ciudad Lineal me obliga a hacer una y otra vez". María del Carmen vive en un inmueble cercano con dos de sus cuatro hijos. La peluquería es su única fuente de ingresos.

Desde 1982, en que adquirió el local, no han cesado las obras. "Primero fue proteger la instalación eléctrica con tubos", señala Mari Carmen. "Luego tuve que suspender los tratamientos de belleza que hacía en el sótano porque me obligaron destinarlo a almacén, también tuve que construir un tabique para condenar la entreplanta... Y así un sinfín de obras".

Última inspección

María del Carmen esperaba la última revisión del ingeniero técnico del Ayuntamiento de Madrid para conseguir la licencia definitiva. "Pero ahora va y me dice que tengo que cerrar el acceso a la entreplanta y construir un tabique que tape la escalera de acceso".La afectada ha recurrido al Defensor del Pueblo para que interceda en favor de la licencia definitiva. "Están arruinando mi único medio de vida", afirma María del Carmen. "A ningún comercio de la zona se le ha puesto tantas trabas como a mí. Esto es una verdadera persecución".