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Localizada la madre que abandonó en la basura a su hija recién nacida

María Pilar S. A., de 30 años de edad, ha sido identificada como la madre de la recién nacida hallada el pasado lunes en un cubo de basura de la calle de Teseo, en el distrito de San Blas. Pilar permanecía ayer ingresada en la residencia sanitaria La Paz, dado su delicado estado por las inadecuadas condiciones en que se produjo el parto, y pendiente de lo que resolviese el juez que entiende el caso. La niña, cuyo estado era satisfactorio, estaba internada con ella.Pilar asegura que la niña abandonada era una hija no deseada, fruto de la violación de un hombre al que ya conocía y con quien había tenido ya un hijo, que cuenta cinco años de edad.

La niña fue encontrada a las diez de la mañana del lunes por un matrimonio que rebuscaba en un recipiente de basura, de cuyo interior partían gemidos de bebé, frente al número 28 de la calle Teseo. El matrimonio extrajo al bebé del cubo de basura para prestarle auxilio y comunicó el hallazgo a la dotación de un coche de policía que pasó por el lugar. Los agentes ataron el cordón umbilical de la bebé, la envolvieron en una guerrera y la trasladaron al Hospital del Aire. La policía averiguó que la madre de la niña estaba alojada en una residencia para madres solteras ubicada en las inmediaciones.

La bolsa de plástico que envolvía a la niña, abierta para permitirle respirar, procedía de ese centro y en la habitación que ocupaba Pilar se hallaron manchas de sangre en las sábanas y en el colchón. La sospechosa alegó que hace meses, un día que había salido de la residencia con su hijo, fue abordada por el padre de aquél, y que la violó, ayudado por dos hombres que la sujetaban. Pilar, tras dar a luz a las 7 horas y depositar a la bebé en la basura, se fue a su trabajo de asistenta. A las 13.30 fue detenida en la casa donde trabajaba.

La Administración regional, que tiene concertadas varias plazas en el centro de madres solteras donde residía Pilar, regentado por monjas de la Virgen Dolorosa, afirmó que el embarazo había sido un "ocultamiento perfecto". Ni las religiosas, ni sus compañeras, ni las personas para las que trabajaba habían advertido que estaba encinta.

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