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FECSA encuentra más dificultades para rebajar los intereses bancarios que los de las obligaciones

La nueva dirección de FECSA encuentra mayores dificultades en las entidades bancarias que entre los titulares de obligaciones a la hora de negociar una rebaja de los intereses de la deuda de la compañía. La actitud más dura es la que sostienen los bancos japoneses, que soportan en torno al 16% de la deuda total de FECSA (unos 570.000 millones). Las entidades financieras norteamericanas muestran una mayor receptividad, por haber vivido experiencias similares en Estados Unidos, según fuentes de la compañía eléctrica.

FECSA precisará otras dos o tres semanas más para ultimar el plan de viabilidad de la empresa, cuya característica principal es la rebaja de la carga financiera que soporta la compañía. Aunque el principio básico de todos los modelos diseñados por la dirección es el de que no existan agravios entre los distintos acreedores (accionistas, obligacionistas y entidades titulares de créditos), la compañía ya ha encontrado distintos grados de receptividad a sus propuestas en los contactos iniciales mantenidos con varias entidades.El elevado número de entidades afectadas es otra dificultad añadida a las negociaciones. FECSA negocia con 218 ,instituciones que de una u otra forma han participado en la instrumentación de recursos para la empresa.

La diferencia de actitud entre banqueros y obligacionistas es consecuencia de la diferencia de coste del dinero prestado. En este sentido, los directivos de FECSA encuentran en cierta medida razonable la resistencia a la rebaja de intereses por parte de los bancos, ya que "en la mayoría de casos supone pérdidas para estas entidades".

"La mayor parte de recursos prestados por los bancos", añaden estas fuentes, "proceden del mercado interbancario, que deben ir pagando periódicamente, y con un precio que oscila entre los 0,2 a 0,4 puntos por encima del mibor (tipo de interés interbancario del mercado de Madrid). En estos casos una rebaja de varios puntos supone una pérdida real para el prestatario.

Costes menores

Por el contrario, en el caso de las obligaciones, el tipo de interés -próximo al 14% como media- permite una rebaja de varios puntos manteniendo el tipo por encima de la inflación, por lo que ello no implica un deterioro patrimonial para el obligacionista, sino un "lucro cesante" del beneficio previsto, según las mismas fuentes. No obstante, a pesar de estas discrepancias, existe el firme propósito de mantener a ultranza el principio de que los sacrificios sean similares, de forma que "ningún acreedor se sienta agraviado por otro".

Al parecer, en los contactos mantenidos con las cajas de ahorro, poseedoras de casi la mitad de los 300.000 millones de pesetas en obligaciones, se ha detectado una actitud más favorable a iniciar una negociación en este sentido. Sin embargo, los particulares poseedores de obligaciones no han podido todavía manifestar su opinión, que se conocerá cuando se convoque la junta correspondiente para tratar el problema. Oliver Narbona, ex directivo de la Caja de Alicante y con notable prestigio en el mundo del ahorro asesorará probablemente a FECSA en su negociación con las cajas.

FECSA recibió ayer un total de 6.750 millones de pesetas pendientes de la venta de su participación del 8% en el grupo II de Vandellós. De esta cantidad, unos 800 millones corresponden a intereses. Durante las últimas semanas, la compañía recibió otros 9.700 millones de pesetas de Endesa, que habían quedado pendientes de la venta del 40% del grupo I de la central nuclear de Ascó. Por otra parte, FECSA recibió el pasado 20 de febrero un anticipo de 20.000 millones de pesetas por parte de un grupo de bancos que habían comprado el crédito de 24.000 millones que la sociedad debía obtener de Enher, por la venta del mercado de Gerona.

Por otra parte, el sector eléctrico ofreció a FECSA el montante de 18.000 millones de pesetas que el conjunto de empresas eléctricas tenía previsto para saneamiento. En relación a este punto, el presidente de la compañía, Luis Magaña, manifestó ayer que con el conjunto de todas estas ayudas se resolvían todos los problemas de tesorería hasta junio.

Inmediatamente después de conocerse la crisis que salió a flote tras la suspensión de la cotización en las cuatro bolsas españolas, FECSA atravesó su momento más angustioso por las dificultades de tesorería. La nueva dirección consiguió en un breve período de tiempo adelantos de sus principales clientes, que proporcionaron 700 millones de pesetas con los que se afrontaron las necesidades más perentorias.

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