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Loterías y quinielas, sorpresas para todos

El Estado estudia una serie de innovaciones para los juegos de azar que están bajo su control

El amago de conflicto con algunas comunidades autónomas que tienen competencias en el juego y no ven con buenos ojos una lotería combinada ha sorprendido al Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado precisamente cuando prepara la celebración del 1752 aniversario de la lotería de billetes y cuando sus máximos responsables acumulan estudios sobre todos los juegos de azar que en los países de nuestro entorno nutren las arcas del Estado.

Desde 1979, en que comenzó a regularse legalmente el mercado del juego en España, las cuotas de mercado de los productos estatales no han hecho sino disminuir. La inflexión fue especialmente notable a partir de 1981, fecha en que irrumpen en el mercado las máquinas recreativas con premio. Según datos de la Comisión Nacional de Juego, en 1985 las tragaperras ya engullían 58,7 de cada 100 pesetas jugadas en España.Los tres productos que actualmente tiene en el mercado el organismo están corriendo suertes bien distintas. El más antiguo, la Lotería Nacional, recauda ahora casi un 7% menos que en 1980 si se considera el, valor real del dinero tras aplicarle los índices de inflación de este período. A los responsables del organismo no les alarman estos datos, ya que en 1985 detuvieron notablemente la caída, que antes era más acusada, y ello pese a que en tal año salió al mercado la lotería primitiva.

La lotería de billetes sigue teniendo en España, pese a todo, la primacía de este tipo de juegos, fundamentalmente por el sorteo de Navidad, que por sí solo recauda aproximadamente una cuarta parte de la facturación total del año de este producto. "Nuestro sorteo navideño es todo un fenómeno sociológico", afirma Gregorio Máñez, gerente de la Lotería Nacional. "En ningún país está tan arraigado".

Por lo que respecta a la lotería primitiva, está superando las previsiones más optimistas que se hicieron cuando se lanzó, en octubre de 1985. Su recaudación semanal se estabilizó en el primer semestre de 1986 en torno a los 1.500 millones (sorteos con bote aparte), pasó en el segundo a los 2.000 y anda ya ahora por los2.300.

En cuanto a la quiniela, su caída ha sido prácticamente constante en los últimos años, pero sigue teniendo aún mayor volumen de ventas que las apuestas deportivas de países cercanos. La tendencia a la baja de la recaudación se ha frenado esta temporada gracias a la quiniela del descanso y ha quedado oscilando entre los 900 y los 1.000 millones por jornada.

Sorteos europeos

Los responsables del organismo nacional son cautos a la hora de hablar de las novedades que podrían introducir próximamente en su gama de productos. "El hecho de que estudiemos un determinado juego de éxito en otros países no quiere decir que vayamos a implantarlo", afirma Máñez. "El estudio sobre la lotería combinada, por ejemplo, llevaba forma de real decreto porque todos nuestros estudios son así. Que se vaya o no se vaya a hacer es ya una decisión política".

Según el gerente de la Lotería Nacional, no está prevista ninguna variación significativa en la quiniela de fútbol y están prácticamente descartadas las de baloncesto y toros. "Ahora mismo, tal como está el mercado, no se pueden ni siquiera considerar esos proyectos".

La loto, que se ha revelado saneada fuente de ingresos para muchos Estados, parece tentar también a la Comunidad Europea, en una de cuyas comisiones se estudia desde 1985 la posibilidad de implantar un sorteo para los 12 países miembros de la CE. El proyecto ha levantado ya s uspicacias en los distintos organismos estatales que se ocupan de las loterías.

Otro macrosorteo europeo, éste de billetes, puede tener luz verde en los próximos meses. El máximo órgano directivo de la Asociación Europea de Loterías de Estado, que se reúne en abril próximo en Yugoslavia, examinará los informes de los diferentes países asociados (más de 20) sobre la posibilidad técnica de realizar anualmente un gran sorteo de billetes en que cada organismo venda en su área de mercado y una parte de lo recaudado vaya a un gran premio que pueda caer en cualquiera de los países. Si el proyecto finalmente se aprueba, el sorteo es casi seguro que se celebre en España, el único país que dispone de los bombos tradicionales que pueden albergar todos los números.

Un vicio arraigado de 175 años

Las Cortes de Cádiz no sólo elaboraron la primera Constitución española, sino que, además, aprobaron, sin un solo voto en contra, el proyecto de lotería de billetes que les presentara Ciriaco González de Carvajal como "un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes".González de Carvajal había sido oidor en la Audiencia de Nueva España (México), donde, por iniciativa de Carlos III, existía desde 1771 una lotería de billetes. Antes que la colonia, Holanda (1726) y Dinamarca (1754) habían puesto ya en funcionamiento tan ocurrente forma de nutrir las arcas del Estado.

El primer sorteo español tuvo lugar el 4 de marzo de 1812. Se cumplen ahora, por tanto, 175 años de aquella puesta de largo, y el Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado va a celebrar el aniversario, como es lógico, con un sorteo extraordinario en la ciudad de Cádíz. En aquella ocasión los billetes costaban dos pesos fuertes y el primer premio era de 8.000 pesos. De un cilindro de madera, en el que se habían introducido 20.000 cédulas con otros tantos números, salió el primer gordo de la lotería española: el 9.606.

De entonces acá se han celebrado nada menos que 5.839 sorteos, por lo que aquellas pretensiones de González de Carvajal de aumentar los ingresos del erario público parece que han sido bien atendidas. Y ello pese a que no siempre ha estado bien visto este juego de azar. Baste un ejemplo: la inefable enciclopedia Espasa, en su edición de 1916, definía la lotería como "vicio arraigado" y abogaba por su inmediata abolición.

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