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El Spórting dio una lección al Barça

Alex Martínez Roig

El Spórting de Gijón le dio ayer cuatro tremendos bofetones al Barcelona. Con un fútbol moderno, con fuerza atrás y mucha picardía en los contraataques, el Spórting se ganó a pulso los gritos de "¡olé!" con que fue acompañado por los aficionados barcelonistas durante los 20 últimos minutos del partido. Al espectador barcelonista, buen catador de fútbol, sólo le faltaba una noche como la de ayer. Un equipo con chavales de la escuela de Mareo (los Ablanedo, Tati, Esteban, Marcelino, Jaíme, Eloy y Luismi) sacó a relucir los peores defectos de un Barcelona blando y fofo.Los 25 primeros minutos del partido le sirvieron al Spórting para darse cuenta de que frentea él no tenía a ningún ogro. Con pases cortos, torpezas de Hughes, desaparición de Lineker, y regates sin final de Carrasco, el Barça no lograba crear ni una sola ocasión seria de peligro. La única la disfrutó Esteban, en el primer minuto de juego, cuando, gracias a un rebote, se encontró solo ante Ablanedo, pero falló. Zubizarreta se calentaba en su área y el Spórting se cerraba con orden.

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Pero, de pronto, Mesa cogió un balón y comenzó a correr por la banda. Para su sorpresa, nadie le cerraba el paso en el centro del campo. Siguió corriendo con la barba pegada al pecho, y nadie le salía al cruce en la defensa. Así, a lo tonto, en la primera jugada de ataque del Gijón, llegó el 0-1. El Spórting había descubierto una veta de oro, y sacó el máximo provecho de ella. Los marcajes por zona del Barça se los saben de memoria todos en la Liga, pero pocos equipos han demostrado ser tan capaces como el Spórting ayer para aprovechar sus debilidades.

El Spórting jugaba al hueco, y el Barça, acomodado a su estilo de juego, no era capaz de rectificar. Nadie en el centro del campo se subía las mangas y hacía el trabajo sucio de Víctor, y Mesa y Joaquín podían disfrutar como locos. Además, para desgracia azulgrana, los jugadores gijoneses fueron tan listos como para eludir las situaciones de fuera de juego y así llegó el 0-2.

El único cambio que hizo Venables en la segunda parte fue pasar de sentarse en el palco a hacerlo en el banquillo. Suerte tuvo de que Zubizarreta parase un cabezazo de Joaquín a bocajarro (m. 47), o de que el portero vasco detuviese una falta también lanzada por Joaquín (m. 56), porque la derrota podría haber sido mayor.

Lo peor para el seguidor barcelonista fue que el Spórting jugaba cada vez mejor. Pese a la entrada de Calderé y Rojo, dos goles más subieron al marcador. El Barça estaba noqueado, y la única respuesta fue una entrada de Manolo a Flores, tan punible como la de Torrecilla a Julio Alberto, que envió al mexicano al vestuario, o unas palabras de más de un enfadado Roberto.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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