Markus Wolf
Jubilación de un maestro de espías
Ha sido una de las figuras más brillantes y misteriosas del espionaje de la posguerra. Durante 30 años ha dirigido uno de los centros de información y servicios secretos más efectivos del mundo. Ahora, a los 64 años, Markus Wolf, jefe del departamento de investigación del Ministerio de la Seguridad del Estado de la República Democrática de Alemania (RDA), se ha jubilado "a petición propia", según la agencia alemana oriental ADN. Con este motivo ha recibido la Orden de Carlos Marx, una de las más altas condecoraciones del Estado comunista alemán.
Markus Wolf, conocido también como Mischa, Magnus y Marius, hijo del escritor comunista Friedrich Wolf, pasó su infancia en Moscú, donde la familia se había refugiado huyen do del nacionalsocialismo. Tras la caída del III Reich, Wolf regresó a la zona de ocupación soviética en Alemania y pronto se integró en el aparato dedica do a crear la infraestructura de seguridad e información del nuevo Estado comunista que habría de surgir.Veinte largos años emplea ron los servicios secretos occidentales para conseguir una fotografía de este hombre, del que ya sabían que era uno de sus más eficaces y peligrosos enemigos. En 1978, por fin, fue fotografiado en Estocolmo, con gafas de sol y un traje elegante de corte occidental, mientras se encontraba disfrutando de una una gira turística con su mujer Nada se sabe aún hoy de su vida, su familia ni sus costumbres fuera del trabajo en el gran edificio coronado por decenas de antenas a pocos metros del muro de Berlín. Tan sólo circulan rumores sobre su supuesta afición a los deportes costosos y la vida placentera.
En 1980 fue nombrado teniente general y desde hace 29 años ha desempeñado el cargo oficial de segundo jefe del Ministerio de Seguridad del Estado. El ministerio se dedica sobre todo a hacer frente a la agresión occidental, controla a turistas, hombres de negocios y a la propia población. Cuenta, por ejemplo, con un seguimiento por ordenador del correo entre las dos Alemanias que hace inútil que los ciudadanos de la República Democrática de Alemania intenten ocultar su correspondencia enviándola sin remitente o bien mandándola desde lugares diversos lejanos a su residencia.
Mischa Wolf, sin embargo, ha sido el gran artífice del sector ofensivo de la protección del Estado socialista: las actividades de espionaje en el exterior. Su mayor éxito fue lograr introducir al espía Guenther Guilleaume como secretario privado del entonces canciller federal Willy Brandt. Al ser descubierto, el escándalo Guilleaume obligó a Brandt a dimitir en 1974.
No obstante, son miles los agentes que forman parte de la red establecida por Wolf en Occidente, sobre todo en la República Federal de Alemania. Sus métodos de reconstrucción de personalidades para suplantar con sus agentes a personas emigradas o fallecidas son legendarios.
Falsificaciones perfectas
Con falsificaciones perfectas de documentos, conocimiento exhaustivo de las costumbres, historia familiar y relaciones sociales del suplantado, Wolf ha logrado durante décadas introducir agentes en los ministerios, compañías de la industria armamentista, embajadas y partidos políticos.Su mayor fallo fue la deserción del teniente coronel Werner Stiller, que facilitó a los servicios secretos occidentales documentación y datos sobre las actividades de Wolf,
Sus adversarios en la RFA lo califican como un "experto en ideas", tremendamente exacto y frío, capaz de utilizar las situaciones propicias a sus intenciones sin escrúpulo alguno. Los servicios secretos occidentales pierden un gran rival que, no cabe duda, ha hecho escuela en Berlín Este.
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