Escándalo público
Que en el final del siglo XX, en un país occidental, civilizado y democrático, pueda condenarse a una persona, tras acusarla de escándalo público, a seis meses de prisión por -dicho claramente- meterle mano a su novia en una cafetería es -esto sí un auténtico escándalo.Hace falta que cambien de una vez muchas cosas y muchas personas en la justicia española.
Empezamos a estar hartos de algunos jueces que en lugar de ser tales se convierten en mafiosos, caciques, cruzados o adalides de la -su- moralidad. Que dejen ya de defendernos de lo que no queremos ni necesitamos ser defendidos y se dediquen -quizá sea lo que les está haciendo falta- a buscarse una novia a la que poder meter mano. Seríamos todos mucho más felices, ellos y nosotros-
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