Masones
Envío la presente nota aclaratoria, con motivo del reciente artículo que el señor Umbral escribió en su periódico el 11 de enero de 1987, con el título de Masonazos.
Francisco Umbral hablaba de que los masones celebrábamos congresos como la Coca-Cola y nos atrevíamos a hablar de tema tan trascendente como las relaciones entre la Iglesia y la masonería.
Creo, evidentemente, que los masones y la institución a la que pertenecemos tenemos el derecho de ejercitar las libertades que la Constitución nos otorga, y, sobre todo después de tantos años de tan insistente y maniática persecución, no creo que merezcamos ser objeto de un trato tan irónico y superficial.
Por otra parte, sí es cierto que los masones celebramos nuestras jornadas y conventos, como cualquier asociación de hombres libres, pero lo hacemos ante todo respetando el marco legal que nuestra institución establece, es decir, que para asistir a un congreso masónico (con otros requisitos que las distintas obediencias deben estipular) lo esencial es que el individuo en cuestión haya sido iniciado en los "misterios de la francmasonería".
Pero el verdadero motivo de esta nota aclaratoria estriba en el grave error que ha cometido el autor, al confundir el III Congreso del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, que se celebrará en Córdoba el próximo mes de junio, con un verdadero congreso masónico.
Los miembros del Centro de Estudios son historiadores que se dedican a la investigación de la masonería, pero no pertenecen a ella salvo casos aislados.-
Miembro de la orden internacional mixta El Derecho Humano (maestro masón) y miembro del Centro de Estudios de la Masonería Española.
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