Brindar con champaña
La fusión de los Bancos Español de Crédito y Coca en 1978 fue una operación rápida motivada por el deseo de los responsables del primer banco de no dejar el puesto de honor en el ranking de los siete grandes, tras la fusión del Central y el Ibérico. La revista Fomento de la Producción del 1 de enero de 1978, en su página 5, al lado de unas "Manifestaciones del gobernador del Banco de España, José María López de Letona", daba una noticia que se titulaba "Se brindó con champán la unión Banesto-Coca". En ella se decía: "José María Sainz de Vicuña, acompañado por Pablo Garnica, Vicente Camacho, Dositeo Berreiro y Jacobo Argüelles, brindaron con champán, junto con varios periodistas, a pocas horas de celebrarse el pasado día 21 en Madrid la reunión del Consejo de Administración de Banesto en la que se acordaba iniciar los trámites legales precisos para absorber al Banco Coca. Los contactos previos con Ignacio Coca han sido rapidísimos, con duración menor a los 15 días. Los citados dirigentes de Banesto no ocultaron que la razón que ha llevado al gran número uno de la banca española a buscar la absorción del Coca, fue el anuncio de fusión hecho por Central e Ibérico. 'Nos contagiamos de las corrientes unionistas del Central', confesó alguien en dicha reunión. Y se añadió que es probable una nueva operación de absorción por parte de Banesto, aunque no se quiso especificar qué banco sería el tragado; solamente se añadió que no sería ninguno de los bancos cuyos nombres están sonando estos días.
Las oficinas totales del grupo Banesto-Coca sumarán 1.501, con 20.500 empleados y pasivo al concluir el mes de octubre, de 557.000 millones. Las respectivas juntas de accionistas las convocarán los bancos Coca y Banesto, probablemente para mediados del próximo mes de febrero".
Más intervención
En las declaraciones citadas de López de Letona, éste comentaba: "El Banco de España precisa de mecanismos más ágiles para intervenir y controlar a la banca. No hay ni ha habido ningún banco bajo intervención del Banco de España". Todavía no había comenzado la que su sucesor, Álvarez Rendueles, calificaría como "la crisis financiera más profunda de Occidente".
Letona cesaría dos meses más tarde; llegaba el affaire del Banco de Navarra.
