_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

EI problema de la droga

Fernando Savater

Agradezco al senador Octavio Granado su atención a mi artículo y la razonada expresión de su disconformidad. Sin embargo, su forma de argumentar tampoco resulta del todo convincente. Para demostrar que mis opiniones son "carentes de sentido" anuncia que va a acudir al caso de las drogas legales; y acto seguido comienza: "Hablar del alcoholismo como un problema de salud personal... "'. Que yo sepa, el alcoholismo no es una droga, sino una dolencia producida por el abuso en la ingestión de alcohol; del mismo modo que los accidentes de circulación no son un tipo de automóviles. Millones de personas beben alcohol sin ser alcohólicas o conducen automóviles sin tener, ni mucho menos buscar, accidentes de tráfico. Para que su argumentación demostrara el sinsentido de la mía, el senador Granado debería probarme:a) Que del alcohol no se deriva ningún efecto positivo, salvo los males del alcoholismo.

b) Que los males sociales que trae el alcohol serían menores si éste se prohibiera. La historia de los años treinta en Chicago no juega a su favor.

Me recuerda el señor senador que el alcoholismo -y supongo, por extensión, que los efectos nocivos de otras sustancias- no es sólo problema de salud personal, pues tiene efectos en terceros: accidentes, crisis familiares, malos tratos de niños, etcétera. Apliquemos la misma argumentación, por ejemplo, al adulterio. Es evidente que el adulterio, fruto de una libre decisión personal (aunque quizá inducida por ciertos telefilmes o la lectura acrítica de Ana Karenina), tiene efectos sociales: crisis familiares, malos tratos, asesinatos, suicidios y hasta absentismo laboral injustificado.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por ello, ciertos regímenes -el franquista, sin ir más lejos- decidieron considerarlo un delito y penarlo con la cárcel. ¿Acaso la salud moral de la población no es también asunto público? Y pregunto yo: ¿no debería el señor senador, para ser coherente, penalizar las desviaciones de la salud moral tanto como las de la física, o resignarse a tolerar socialmente la libertad -y, por tanto, el riesgo de libertinaje- en ambos casos?

A mayor liberalización, dice Granado, mayor y mejor oferta, y, por tanto, mayor demanda. También, deberá reconocer, menor riesgo de adulteraciones, menos morbo lúgubre por la transgresión, menos extorsión económica, más posibilidades de información y uso regulado, menos je- ringuillas multiuso envenenadas de SIDA. ¿Le parece mal todo esto? Al ir a determinar cual es el mal menor en este caso, ¿se consultará a las personas que quieren tomar droga, o sólo se escuchará a los dignos ciudadanos que se oponen a su consumo? Como verá el señor Granado, yo también estoy convencido de que la cuestión es algo más compleja que las simplezas habitualmente vigentes.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_