Campsa retira su apoyo a Pérez-Sala

El piloto español Luis Pérez-Sala, que estuvo a punto de disputar las dos últimas carreras de Fórmula 1 del pasado año, se ha quedado sin el apoyo económico de su patrocinadora, la empresa petrolífera española Campsa. El nuevo director de mercadotecnia de Campsa, Manuel Criado, ha rechazado el proyecto del piloto español, que acaba de obtener la superlicencia para la F-1 y en el que hasta ahora la empresa había invertido 150 millones.El objetivo de Pérez-Sala era dar el salto a la Fórmula 1 esta temporada. Conseguida la superlicencia gracias a sus resultados en Fórmula 3.000 el pasado año, el piloto español precisaba ahora un aporte económico de aproximadamente un millón de dólares (unos 130 millones de pesetas).

Tampoco Fórmula 3.000

Si este proyecto no llegara a cuajar, Pérez-Sala habría disputado una temporada más en Fórmula 3.000 -antesala de la categoría reina-, con el firme propósito de ganar un campeonato en el que en 1986 se quedó a las puertas del triunfo. Esta segunda opción supondría un coste calculado en la mitad del anterior.Sin embargo, los nuevos responsables de la actividad deportiva de Campsa han decidido retirar su aportación al automovilismo y centrar su apoyo únicamente en el motociclismo. Tras haber perdido en este campo a Carlos Cardús, fichado por Tabacalera para correr el Mundial de 250cc en el equipo que dirigirá Ángel Nieto, a Campsa sólo le queda Sito Pons, en el que concentrará toda su actividad.

El subcampeón del mundo Sito Pons correrá la próxima temporada con dos presiones añadidas. La primera de ellas, el tener un rival español de las características, la categoría y la situación de Cardús, además con una moto exactamente igual a la suya. La segunda, el que un incidente que le cueste no poder correr alguna prueba dejaría a su patrocinador sin presencia alguna en la competición, pese al elevado desembolso realizado.

Sin tiempo

Por su parte, Luis Pérez-Sala, enterado del rechazo de su proyecter merced a una carta de Campsa -después de años de fructífera colaboración-, se queda sin soporte económico en un momento muy delicado, cuando ya debería tener sus planes deportivos prácticamente firmados.Casi contra reloj, el piloto tendrá que buscar una empresa dispuesta a llevar a término su deseo de llegar a la Fórmula 1.