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BALONCESTO / SERIE A-1

El Cajabilbao volvió a poner al Real Madrid en evidencia

Herreras, Carbajo, Llano, Davalillo, Chinche Lafuente, Cabezudo y dos buenos jugadores norteamericanos volvieron a derrotar al Real Madrid. Si antes lo hicieron en la Copa, esta vez fue en la Liga y en la cancha madridista, por lo que el fracaso blanco fue mayor.Los jugadores, modestísimos, del Cajabilbao no son mejores que los del Real Madrid, pero atrapan más rebotes y muestran mayor acierto en los lanzamientos a canasta. Corbalán, una institución en el equipo madridista, reconocía el problema al término del partido y afirmaba ignorar la solución a la crisis. A los jugadores madridistas se les ha olvidado practicar la norma elemental del baloncesto, que es coger el balón bajo la propia canasta y meterlo en la contraria.

Este principio es tan fácil de poner en práctica que muy negados tendrían que ser Herreras, Carbajo, Llano, Davalillo, Chinche Lafuente y Cabezudo para no hacerlo bien. Por las propias palabras del capitán madridista, los negados deben de ser sus propios compañeros, ya que dijo: "El problema es que el Cajabilbao cogió una veintena de rebotes ofensivos y nosotros no supimos acertar con la canasta".

El Madrid no tiene a Herreras, Carbajo, Llano, Davalillo, Chinche Lafuente y Cabezudo. Tiene jugadores que suenan en el continente. Pero ahora mismo no son nada más que nombres. Y por tener, tiene hasta uno que suena en el mundo, Spriggs. Pero ayer sus prime ras acciones fueron las siguientes: pase eléctrico que se pierde, lanzamiento triple que falla, tapon que le ponen, personal que le hacen y de la que sólo transforma un tiro, lanzamiento que vuelve a fallar, rebote defensivo que se encuentra en un lío pérdida de un balón, pérdida de otro que le envían, nuevo tapón que le ponen y vuelta a fallar otro triple. Llegó el descanso y se sentó. Había actuado seis minutos. El Madrid perdía por 43-41 y había luchado contra una desventaja continua de cuatro.

La diferencia no había ido a más gracias a que Branson había encontrado la inspiración. Anotó 19 puntos en esa primera parte, pero se vio obligado a realizar tal esfuerzo que se desfondó. Lockhart pudo así jugar más cómodo.

En la segunda parte, el descontrol madridista fue aún mayor y luchó contra siete puntos. López Iturriaga mejoró algo y se hizo merecedor a estar en la cancha. El Madrid logró empatar. Fueron momentos que aprovechó para ponerse hasta dos veces por delante (73-72, a falta de 3.23 minutos, y 77-76, a falta de 1. 13). Jugó el último balón con el 79-81. Lanzó Ruiz Paz un triple y falló, lanzó Iturriaga para empatar y volvió a fallar. El ridículo se había vuelto a consumar.

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