La participación militar

La segunda condición de la pregunta del referéndum sobre la OTAN, celebrado el 12 de marzo de 1986, especificaba: "La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada". El memorándum presentado por España ante la OTAN en el mes de mayo esbozaba, dentro de los límites fijados por dicha premisa, una fórmula de máxima contribución militar y política de España dentro de la OTAN.La no integración militar implica que no habrá afectación o asignación de fuerzas a los mandos de la OTAN, que España no participará en esos mandos (aunque establezca con ellos enlaces de coordinación) y que estará exenta de la jurisdicción de los mismos.

Por otro lado, el Gobierno español acepta, siempre al margen de la integración militar, la participación en el planteamiento común de la defensa en la OTAN. El memorándum especificaba que para lograr la coordinación a los niveles de planeamiento y estrategia España seguiría siendo miembro del Comité de Planes de Defensa y del Comité Militar. De hecho, el Ejército español puede asumir misiones militares para la OTAN, tomar parte en maniobras conjuntas, dar apoyo logístico y entrar en los planes de protección civil.

Sin embargo, durante la campaña del referéndum el ministro de Defensa, Narcís Serra, fue rotundo sobre el servicio militar y la Alianza Atlántica. "Es absolutamente falso que los españoles vayan a hacer el servicio militar lejos del Estado español", declaró en un mítin celebrado en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) en marzo de 1986.

La primera sesión negociadora sobre las modalidades de participación española en la OTAN se celebró en Bruselas los días 30 y 31 de octubre pasados. Jaime Ojeda, jefe de la delegación española, declaró al final de la sesión: "Nuestro sistema defensivo es compatible con el Atlántico y podemos participar en la OTAN sin integrarnos en su estructura militar".