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Tocar de prestado

La Biblioteca Musical Municipal cede instrumentos desde hace 55 años

Treinta y siete agrupaciones de cámara, 15 bandas, 41 corales, 18 orquestas y 14 sociedades filarmónicas están asentadas en Madrid. Tres bibliotecas musicales públicas prestan sus servicios: la del Real Conservatorio, la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Musical Municipal. Pero sólo en ésta, junto a 15.000 volúmenes, 115 instrumentos forman un servicio de préstamo poco común. Con un carné de 200 pesetas, un estudiante se puede llevar a su casa un violín, un clarinete, un acordeón....

Víctor Espinós Moltó, jefe de la Biblioteca Musical Circulante, presentaba al Ayuntamiento de Madrid de 1932 un proyecto que comenzaba diciendo: "Cuando el excelentísimo Ayuntamiento se dignó aprobar, en 1919, nuestra propuesta de creación de una Biblioteca Musical Circulante ( ... ) nació en quien esto afirma el pensamiento de completar el servicio de la mencionada biblioteca con el préstamo domiciliario gratuito -como lo es de las partituras y métodos docentes- de instrumentos musicales para facilitar la enseñanza y difusión del arte divino, especialmente en los futuros profesionales, dondequiera que hubiere una vocación artística falta de recursos y necesitada, por tanto, de este auxilio".En diciembre de 1932 se ponía en marcha este servicio. Los primeros instrumentos que sirvieron de préstamo fueron donados por diversas personas y entidades, como Andrés Segovia, el infante Alfonso de Borbón y de Braganza, el Conservatorio de Madrid y el Círculo de Bellas Artes.

Hoy son 111 los instrumentos que pueden llevarse a casa: 36 violines, 15 violas, 29 violonchelos, 8 flautas, 7 clarinetes, 3 oboes, 2 trompetas, 3 saxófonos, 6 guitarras y 2 acordeones. Los cuatro pianos, demasiado pesados para el traslado, están a disposición en otras tantas cabinas existentes en la Biblioteca Musical, en la calle Imperial, 8, compartiendo edificio con los bomberos y la Policía Municipal.

Todos ellos, a excepción de alguna guitarra, tienen ya asig nado destinatario para este curso. Alrededor de 30 peticiones se han quedado sin satisfacer; 300 personas se beneficiarán de las cabinas de piano, repartidas en turnos de hora y media, con un máximo de tres a la semana. Hace cinco años se prestaban 50 instrumentos, y alrededor de 150 estudiantes de piano acudían a las cabinas

El aval de una tienda

Los requisitos para beneficiar se de este préstamo son tres: estudiar música de manera oficial, ser vecino de Madrid y que el propietario de un establecimiento comercial o industrial abierto en Madrid avale al usufructuario. Las solicitudes se presentan a principios de septiembre. El instrumento ha de llevarse tres veces durante el curso a la biblioteca para comprobar su buen estado.En los tres años que lleva Purificación Nájera como directora, sólo recuerda que haya habido que tirar un violonchelo. "La mayoría de los instrumentos", dice, "han sido adquiridos en los últimos 10 años. No obstante, todavía tenemos, por ejemplo, un violonchelo del siglo pasado".

Juana Espinós, hija del fundador de la biblioteca y directora de ésta desde 1948 hasta 1978, cuenta que en los años sesenta fue a la República Federal de Alemania a una reunión de la Asociación Internacional de Bibliotecas Musicales. "El préstamo a particulares de instrumentos musicales les sorprendió y fascinó".

Recuerda que los niños Arguedas, destinatarios de los primeros instrumentos prestados, fueron después solistas de la Orquesta Municipal de Barcelona, y que hasta hace poco, uno de los chelos de la Orquesta de Radiotelevisión era un préstamo de la biblioteca.

La mayoría de los usuarios tiene entre 12 y 20 años. Para renovar el préstamo por más de un curso, una condición: haber aprobado. "Aunque esto lo aplicamos con bastante flexibilidad", señala Nájera, "y según cada caso particular. Hay personas que llevan ya seis años con el mismo instrumento".

El problema de la biblioteca es la falta de espacio, que impide crear más cabinas de piano y que hace que la sala de lectura, el museo y la sala de conciertos sean una misma cosa. Todos los planes de Purificación Nájera apuntan al próximo traslado al cuartel del Conde Duque.

Casi 3.000 carnés de lectores, una orquesta de 16 jóvenes, con una edad media de 20 años, y un pequeño museo quedan también dentro de la biblioteca. Una flauta castellana del siglo XII y un cantoral del siglo XVI se codean con las batutas de directores famosos, guembris marroquíes, un campanil turco y un ukelele americano. Pero entre todo lo expuesto destaca la colección de Quijotes musicales (más de 100 partituras inspiradas en la obra cervantina).

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