Maragall y Rafael Ribó censuran la actitud de Pujol sobre Banca Catalana

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el secretario general del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), Rafael Ribó, criticaron ayer, en sendas conferencias de prensa celebradas en Barcelona, la actitud del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, al referirse a Banca Catalana en la clausura de la fiesta anual de Convergència Democràtica (CDC).

El alcalde de Barcelona consideró que el presidente cometió un "error político" al hablar más del pasado que del futuro. Para el secretario del PSUC, Pujol ha aprovechado la resolución del pleno de la Audiencia sobre la petición de su procesamiento para "un relanzamiento personal en la política catalana de cara a nuevas elecciones"."La resolución del pleno de la Audiencia -que exculpa a Jordi Pujol en el caso Banca Catalana- debería obligar a todos a una normalización de la política catalana", destacó Rafael Ribó. En su opinión, el presidente de la Generalitat ha aprovechado la decisión de la Audiencia para un "relanzamiento personal" utilizando argumentos "que no pueden ser aceptados". Entre estas manifestaciones, el secretario del PSUC subrayó que Pujol no puede involucrar a Cataluña en una cuestión particular como la petición de procesamiento y que es necesario "poner fin a esta manipulación de Cataluña".

El secretario general del PSUC considera que la postura de Pujol está lejos de la normalización de la vida política y que continuarán existiendo "secuestros", refiriéndose a la última entrevista entre el presidente del Gobierno, Felipe González, y Jordi Pujol "de la que todavía no conocemos nada".

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, señaló que el presidente ha cometido un error político. "No oí el discurso del presidente Pujol mejor dicho, oí una frase por radio el pasado domingo y tuve bastante; cerré la radio. Es otra ocasión perdida", matizó.

"Táctica del avestruz"

En opinión de Ribó, que descalificó la frase pronunciada por Pujol "la mentira nunca gana", la postura de éste, que describió como "la táctica del avestruz", es criticable desde el punto de vista de consejero de un banco cuya gestión "fue nefasta" y desde su calidad de presidente de la Generalitat. En este sentido, Rafael Ribó matizó que el presidente de la Generalitat debió actuar cuando se constataron los problemas de la entidad y antes de que tuviera que intervenir el Fondo de Garantía de Depósitos en 1982."Nuestro grupo le preguntó directamente en septiembre de 1982 en el Parlament sobre cuál era la situación de la entidad y respondió que en Banca Catalana no pasaba nada", afirmó Ribó. "Esta respuesta tiene una doble interpretación", añadió, "o el presidente de la Generalitat desconocía la crisis de la entidad o mentía al Parlamento de Cataluña".