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Aumenta la polémica en Cantabria sobre el futuro canal de la televisión autonómica

La repentina aparición, el viernes pasado, de una carta de ajuste del futuro canal autonómico de televisión (la efigie del rey Juan Carlos junto al escudo de Cantabria) encona la siempre latente porfía que enfrenta al Ejecutivo regional y la oposición. Por su parte, algunas personas se han dirigido ya al centro regional de RTVE denunciando presuntas interferencias en sus receptores como consecuencia de la aludida carta, a la que el periódico Alerta, vinculado al partido socialista, califica como "televisión pirata". El centro regional de la televisión estatal se ha apresurado a declinar toda responsabilidad en las perturbaciones, que según algunos televidentes, sufren desde la implantación de la controvertida señal.

La noticia de la posible creación de un centro autonómico de televisión surgió en los medios informativos mediado octubre último, al descubrirse la instalación de ciertos instrumentos en el viejo hospital de maternidad en Santander que parecían insinuar el funcionamiento de una televisión.Inmediatamente, el delegado del Gobierno en Cantabria, Jesús García Villoslada, que acaba de ser destinado a Navarra, amenazó al Ejecutivo cántabro con que si los pasos que se hallaba dando conducían a la emisión de imágenes, procedería a la clausura de los equipos. A raíz del inicio de la nueva polémica, el presidente, Díaz de Entresotos, hubo de comparecer ante la Asamblea regional para puntualizar que la Diputación, teniendo en cuenta un proyecto de convenio establecido con TVE, sólo pretendía coproducir programas de interés turístico o pedagógico.

El debate se reaviva ahora al constatarse que en Peña Cabarga, montículo de 600 metros de altitud situado al otro lado de la bahía, se procede a la colocación de dos paneles y un emisor de cinco kilowatios de potencia, complemento del material acumulado en el hospital de maternidad. Aunque la ha solicitado del Gobierno central en octubre, el Ejecutivo autónomo carece todavía de licencia para instalar el canal autonómico.

"Grave irregularidad"

No sólo la oposición de izquierdas mantiene la polémica, sino el Partido Demócrata Popular, uno de cuyos portavoces, José Ramón Saiz, acaba de comentar que "ningún ciudadano del Estado, ni mucho menos una institución de gobierno, puede, asociar la imagen de Su Majestad el Rey a una grave ilegalidad". Se localiza, incluso, algún cisma en AP, mientras el consejero de la Presidencia regional, Ramón de la Riva, ha dejado clara la voluntad del Ejecutivo de instalar el tercer canal: "Podemos hacer una programación que se ocupe casi exclusivamente de la realidad de Cantabria, al igual que los medios de comunicación de aquí centran su atención preferente en los hechos regionales".Bajo el título Una televisión para lavar la cara al Gobierno, el candidato a la presidencia, el regionalista Miguel Ángel Revilla, en el Diario Montañés, dice que el presidente Díaz de Entresotos se dispone a "poner la guinda en su caótica gestión de los intereses económicos. Hemos visto cosas increíbles ya: compra de palacios y solares a precios desorbitados, miles de millones a plazo fijo en Madrid, mientras en Cantabria las gentes no cobraban sus obras o encargos de la Diputación".

El líder regionalista teme que España entera se carcajee de que la más pequeña región autonómica (5.289 kilómetros cuadrados, unos 530.000 habitantes), junto con La Rioja, quiera tener televisión propia. En su día, el portavoz socialista en la Diputación, Juan González Bedoya, dijo que el tercer canal no existiría mientras la Asamblea no aprobara la ley que diera luz verde a su puesta en marcha.

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