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Tribuna:TEOLOGÍA Y POLÍTICA
Tribuna
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Moltmann, teología de la esperanza

El pensamiento teológico tiene en J. Moltmann a uno de los representantes más creativos de las dos últimas décadas. Desde 1964, fecha en que se publica su Teología de la esperanza, un nuevo enfoque se afianza en la reflexión sobre la fe cristiana.- No se trata tanto de aportar temas nuevos, cuanto de situar la actividad teológica bajo el horizonte de la esperanza. Desde entonces queda, cada vez más claro, que "en su integridad, y no sólo en un apéndice, el cristianismo es escatalogía; es esperanza, mirada y orientación hacia adelante, y es también, por ello mismo, apertura y transformación del presente".Esperanza

Aquí queda perfilado un estilo de pensamiento teológico. que este gran creyente de la Iglesia reformada evangélica alemana no cesa de impulsar. Se trata de hacer teología desde el fundamento de la esperanza interrogándose por la responsabilidad que la fe cristiana tiene en el pensar y el obrar profanos. "Teología política de la esperanza" o "teología mesiánica", como hoy la denomina Moltmann, serían apelativos que quieren expresar en la concisión de una fórmula lo más nuclear de su dirección.

La obra de Bloch, el filósofo marxista de la esperanza, será un gran acicate para su quehacer. Pero no lo es menos la realidad que viven los creyentes y no creyentes. A Moltmann le preocupa tanto como los problemas de la identidad cristiana la relevancia de la fe en la sociedad injusta en que vivimos. Le golpea sobremanera la existencia de cristianos piadosos que se desentienden del desgarramiento de nuestro mundo social, como la de los no creyentes comprometidos, a los que no parece preocuparles la esperanza escatológica. En El Dios crucificado y Conversión al futuro, Moltmann trata de mostrar cómo hay que entender e4 acontecimiento Jesucristo desde el suceso de la cruz. Su teoría crítica de la cruz se topa con el poder y lo político. De aquí deducirá Moltmann que "una esperanza escatológica tiene relevancia política y un cristianismo radical tiene efectos revolucionarios", aunque no sea un programa revolucionario.

La confrontación crítica ha recorrido la andadura moltmanniana. Su mente abierta ha aprendido de su colega católico J. B. Metz, y en su polémica con las primeras obras de la teología de la liberación ha sabido ver la razón de ser de dicha teología en la realidad oprimida y suficiente del Tercer Mundo. Teología política y teología de la liberación son reflexiones nacidas del mismo interés, pero aplicadas a contextos sociopolíticos distintos. En su obra La Iglesia, fuerza del espíritu se advierte el influjo y atractivo de las comunidades de base latinoamericanas: creyentes que viven la praxis histórica de su fe buscando la liberación.

Desde finales de los setenta, está empeñado en una tarea de gran envergadura. Modestamente, la titula aportaciones a la teología. No quiere ser un sistema teológico, sino un estudio sistemático y crítico de las nociones y doctrinas más centrales de la teología cristiana. Ya han visto la luz dos de dichas aportaciones: Trinidad y reino de Dios. La doctrina sobre Dios (1980) y su teología de la creación, Dios en la creación. Teología ecológica de la creación (1985), no traducida al castellano aún. En su proyecto se avistan tres volúmenes más. Al conjunto lo quiere englobar bajo el título de Teología mesiánica.

Queda así resaltada la estrecha vinculación de la fe cristiana con la salvación que pasa por la justicia, la fraternidad, la paz y la libertad.

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