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Ni un obrero más

Los empresarios prefieren perder pedidos que aumentar la plantilla, según el presidente de la patronal de Euskadi

Andreu Missé

"Estamos dispuestos a pagar el precio que: sea por que desaparezca la ocupación española.. Aceptaríamos incluso un descenso del nivel de vida". A finales de 1985, Xabier Arzalluz, líder e ideólogo de Partido Nacionalista Vasco, exponía así, a Hans Magnus Enzensberger, el papel subsidiario al que se relegaba la actividad económica en su proyecto político.Para muchos analistas este temerario discurso es uno de los argumentos principales que justifica la elevada conflictividad del País Vasco. Entre sus más grave consecuencias figura el contagio so miedo de los empresarios a aumentar sus plantillas. El número de ocupados ha pasado de 745.500 en 1977 a 608.400 de finales del primer semestre de 1986.

En el mismo período, unas 50.000 personas han abandona do Euskadi, en su mayoría trabajadores despedidos que con la indemnización recibida han vuelto a su tierra de origen para abrir pequeños comercios o tomar tierras en arriendo. Desde finales de 1980 :se han perdido 90.000 empleos, y 12.000 en los últimos 18 meses. En cambio, durante este último año y medio se crea ron 236.000 empleos netos en el conjunto estatal.

El impacto de estas tensiones ha sido analizado por varios observadores. Ignacio Marco-Gardoqui, director del Círculo de Empresarios Vascos, reflexiona en voz alta sobre las causas de la conflictividad: "Si mandas un mensaje constante de insatisfacción, de continua queja y frustración permanente, acabas generando una sociedad radical". Su propuesta es simple: "Lo que hay que exigir a las gobernantes vascos es que lleguen a un acuerdo por 10 años y empiecen a funcionar".

El discurso de que "nos pisotean, no nos quieren, que se vayan" y otros similares ha calado hondo. Un joven nacionalista de Durango se mostraba horrorizado por las matanzas de los atentados, pero acto seguido confesaba: "A mí me sabría mal que ETA desapareciese del todo, porque me sentiría como un poco desprotegido. Creo que si estuvieran por ahí, aunque no hicieran nada, siempre serían una garantía para el pueblo".

Cultura de la violencia

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Juan Manuel Eguiagaray, responsable del área económica del Partido Socialista de Euskadi y primer candidato por Vizcaya en las próximas elecciones, sostiene que "se ha creado una cultura de la violencia". "Quien más chilla" añade, "más barricadas levanta, más piedras tira o más trenes quema, es el que tiene la causa más justa".En los lugares más insospechados aparecen los resultados negativos de esta conflictiva convivencia. Según un estudio del Círculo de Empresarios Vascos (CEV), "en The Financial Times, uno de los más prestigiosos periódicos del mundo financiero, aparecen muchas noticias del País Vasco, pero 9 de cada 10 hacen referencia a atentados o actos de violencia". "La imagen que se está dando de nuestro país", concluye, "es verdaderamente inquietante, y peor sus repercusiones a largo plazo".

Dos encuestas encargadas por el CEV, realizadas en 1984 y 1986, revelan el aumento de los efectos negativos de la violencia sobre el mundo empresarial en estos dos años. Un 42% de los encuestados en, 1986 piensa que "los empresarios están perseguidos", mientras que en 1984 sólo el 38% tenía esta opinión. En el mismo período ha aumentado del 29% al 45% el número de quienes piensan que "los empresarios pagan el impuesto revolucionario", y del 40% al 50% los que creen que "los empresarios están amenazados".

"Aquí, antes que aumentar la plantilla se rechazan pedidos. La gente tiene miedo a contratar mano de obra. Han pasado tantas cosas que hay una fijación grande con el empleo. Una cosa es invertir y otra contratar trabajadores". Estas palabras de José María Vizcaino, presidente de la Confederación Empresarial Vasca (Confebask), ilustran la terrible secuela que sigue dejando la elevada conflictividad laboral en Euskadi.

Vizcaíno es el prototipo de industrial emprendedor que primero ha ido a hacer las Américas y luego, ya con la mente abierta, ha vuelto a sus negocios en Euskadi. Evita los rodeos y no esquiva preguntas. "Es normal este temor" explica. "Aquí`, dice, "los empresarios lo han pasado tan mal, les han costado tanto dinero las indemnizaciones, han sufrido tantas amenazas, que a muchos les ha pasado como a los del crack del 29 en Estados Unidos, que han quedado traumatizados para toda su vida".

Admite, sin embargo, que para la otra parte las cosas tampoco han sido nada fáciles. "Entiendo que un hombre de 45 años que pierde el empleo en un país con el 23% de paro y que sabe que no se coloca en toda su vida se defienda como sea".

Javier García Egocheaga, vicepresidente del Gobierno Vasco y responsable del área económica, coincide con las graves consecuencias que supone el temor y el rechazo a las nuevas contrataciones. "El empresario vasco invierte, pero procura contratar el mínimo de personal posible. Éste es el problema medular del empleo".

Inversión en capital

"La inversión en España y en el País Vasco es muy intensiva en capital", afirma Egocheaga. Subraya que en Euskadi el crecimiento de la inversión ha sido mayor que en el resto del Estado. Recuerda que frente a los 86.000 millones de pesetas invertidos en la industria vasca en 1982, se ha pasado a los 121.000 millones de 1984. Es decir, un crecimiento real del 7,3%.Y destaca que esta tendencia positiva se ha intensificado en los dos últimos años. Según fuentes del Gobierno Vasco, en el primer semestre de 1986 las importaciones de bienes de equipo alcanzaron los 27.045 millones de pesetas, lo que representa un aumento del 50% sobre el mismo semestre de 1985. En el mismo período las importaciones de estos productos en España aumentaron sólo el 13,3%.

Para Alberto Pérez, secretario general de la UGT de Euskadi, "toda la inversión que se ha realizado en Euskadi ha sido de recomposición, y casi nada ha ido a inversiones nuevas". Pérez critica "la falta de agallas de los empresarios que nos niegan las horas sindicales y sin embargo no se atreven a oponerse a las huelgas generales contra las extradiciones, a las que UGT se opuso abiertamente".

Por su parte, José Elorrieta, economista del sindicato ELA, opina que "la creación de empleo no sólo hay que contarla, sino pesarla". En su opinión, "el tipo de industria vasca supone que cualquier plan de reconversión precisa mucho dinero. Dinero para inversión, dinero para el circulante y dinero para el ajuste de plantillas.

Total, muchos recursos para empresas que casi carecen de capitalistas". Recuerda el ejemplo de la banca, que en los últimos años ha "abandonado su papel de accionista en las empresas".

Juan Basurto, secretario general del vicelendakari, que cuenta con una dilatada experiencia profesional en Estados Unidos, se muestra entusiasmado por el importante crecimiento del número de centros de trabajo. De 4.240 en 1984 se ha pasado a 5.882 en los nueve primeros meses de 1986. Aunque Alberto Pérez quita importancia a estas cifras, tras afirmar que en su mayoría son bares que no crean empleo.

Basurto explica los planes del Gobierno Vasco "para contrarrestar la mala imagen del empresario". "Tratamos de difundir la cultura de la empresa", afirma. Según los resultados de una encuesta, existen 160.000 personas en Euskadi calificadas como "emprendedores cerebrales"; es decir, empresarios potenciales. Tomando la referencia de Francia, un 5% de este grupo puede convertirse anualmente en empresarios si tienen los medios suficientes. Ello supondría crear 8.000 empresas cada año.

En este sentido, Vizcaíno recuerda que en Euskadi hay un entramado industrial, una mano de obra cualificada y una tradición muy favorable que hay que recuperar.

Por su parte, Antón Madariaga, presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao y vicepresidente de Petronor, la principal. empresa vasca por su volumen de ventas, cree que el país tiene mucho futuro. Madariaga, próximo a los sectores nacionalistas, afirma: "Aquí todas las instituciones financieras coinciden en que hay mucho dinero. Ésta es la tierra de la sociedad privada. Ahora estamos estudiando sacar a Bolsa las acciones de varias empresas.

La primera operación importante podría ser la de Petronor, pero habrá más". Madariaga es conocido también por su empeño en promover una compañía de aviación de tercer nivel que enlazaría Bilbao con Bruselas, Zúrich, Milán, Niza, Ibiza, Alicante y Sevilla.

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