Contra los políticos
En un irónico y lúcido artículo, Las lechugas de Diocleciano, publicado en EL PAIS el 15 de los corrientes, el escritor Juan García Hortelano nos describe una serie de razones que las gentes tienen (él incluido) como postura de rechazo hacia los políticos. La brillante diatriba se palpa en nuestra realidad social, es decir, demasiada gente está de acuerdo con la opinión del señor García Hortelano, y tal hecho debe ser motivo de una serie reflexión, pues la cosa es grave."Tras una ventana con luz" se me ocurre, en primer lugar, que se escamotea lo más evidente: no hay políticos, esto es, señores que sepan hacer política, y por tanto, las reacciones de que nos habla el articulista se refieren a unos seudopolíticos.
Pero aún hay algo más grave: los que critican a esos políticos tampoco saben nada de política.
Si se supiese qué es eso de la política, se sabría, que los encargados de hacerla'justificarían su sueldo, su mando, sus privilegios y sus etcéteras, por la sencilla razón de ser personas capacitadas para desempeñar una tarea que no es nada fácil y aquí terminaría el cuento-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.