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La crisis filipina

El Gobierno filipino, instalado en el poder como resultado de un milagro, ha tendido a considerarse a sí mismo como una creación celestial y ha adecuado sus planes a imitación de las obras divinas. Que una nación sea salvada por un milagro en una ocasión es suficiente favor como para estar agradecido a Dios, pero que espere que todos los días ocurra un milagro puede llegar a hartar incluso a Dios.

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