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Reforma de la terminal Colón-Barajas por carecer de condiciones higiénicas y de seguridad

La terminal de los autobuses municipales que realizan el trayecto entre el aeropuerto de Barajas y la capital, situada en la primera planta del aparcamiento subterráneo de la plaza de Colón, será reformada en su totalidad para poner fin al deterioro sufrido en los últimos meses, que ha provocado la protesta de numerosos usuarios. Ciento diecisiete millones se invertirán en la reforma de la terminal, que carece de unas condiciones higiénicas y de seguridad adecuadas. La terminal se inauguró a principios de 1974 y en la actualidad, presta servicio diariamente a unos 3.500 viajeros.

Muchas de las paredes de la actual terminal de autobuses se convierten a diario en retretes públicos, especialmente las de los accesos de peatones, según denunciaron los empleados de la Empresa Municipal de Transportes que trabajan en la terminal. Una estrecha escalera cerca de la esquina de las calles de Serrano y Jorge Juan, por la que es muy difícil subir o bajar cargado con unas maletas, permite acceder a una planta mal iluminada, en la que, según aseguraron los mismos empleados y los taxistas que allí esperan viajeros, la mayor parte del tiempo no funciona el sistema de ventilación."El otro día por la mañana pensamos que se habían incendiado los cables de los fluorescentes del humo que había. Los extractores están casi siempre fuera de servicio", dice un empleado, que invita a ver las esquinas de la escalera de acceso y las columnas. Rastros evidentes de orines marcan cada esquina. "A veces la cosa llega a mayores. No importa la hora. La gente baja, hace sus necesidades y se larga. Aquí hay unos servicios, pero la mayor parte del tiempo están cerrados".

Refugio de mendigos

En invierno, según estos empleados, la situación se complica. A los robos de carteras que se producen algunas veces en las estrechas escaleras se suma la presencia de mendigos. "El año pasado llegamos a tener más de 20 durmiendo aquí. En general, se tumban en los asientos. Algunos viajeros de los que hacen escala cuando llegan a la terminal vuelven a coger el autobús y se vuelven a Barajas", dice otro de los empleados.La terminal, que posee una caseta para dejar en consigna los equipajes, está dividida en dos partes: la dedicada a los modernos autocares de la línea y la zona de taxis. Según los empleados de la terminal, la presencia de la Policía Municipal es prácticamente nula. "Cuando hay un problema de orden público cogemos el teléfono y llamamos al 091 o al 092. Antes había dos agentes de forma fija por la mañana y otro por la tarde".

La zona de autobuses -separada por unas mamparas de la parada de taxis, y desde la que no es fácilmente visible la señalización de la salida- se compone tan sólo de unos asientos de plástico y de unas máquinas expendedoras de bebidas. Debido a esta situación, lo normal es que los viajeros lleguen a la terminal con el tiempo justo de coger uno de los autobuses que les llevará al aeropuerto.

Las obras consistirán en una reforma completa del espacio hoy ocupado por la terminal, a la que se dará un acceso directo con escaleras mecánicas. Servicios, cafetería y zonas de información completarán la terminal.

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Inaugurada en 1974, en la actualidad, presta servicio diariamente a unos 3.500 viajeros. Su horario abarca de 4.45 horas a 1.15 horas. A partir de las seis de la mañana y hasta las diez de la noche el servicio es cada diez minutos, al precio de 175 pesetas.

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